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El algoritmo ancestral

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Por IELA em 09 de novembro de 2020

El algoritmo ancestral

El domingo, 8 de noviembre, fue la poseción oficial del nuevo binomio elegidoel 18 de octubre en las elecciones presidenciales de Bolivia. Luis Arce Catacora y David Choquehuanca son ahora nuestro presidente y vicepresidente. Hace tres días atras fue la ceremonia ancestral en el campo histórico de Tihuanaku. 
Se ha escrito mucho sobre las causas del triunfo de los únicos candidatos de los pueblos originarios de Bolivia, el artículo de abajo tiene varios aciertos. Aquí conviene resaltar por qué la cultura tuvo un rol determinante en ese acto electoral. Existen muchas deficiones de cultura. La más acertada es del politógolo marxista Heinz Dieterich.
Según el autor, la cultura es el algoritmo impresindible: “Entendida científicamente, la cultura es, junto con la economía, la política y lo militar, una de las cuatro relaciones sociales básicas y de poder, que constituyen la sociedad humana. Su ‘misión’ en el macrosistema sociedad-estado es doble: garantizar la integración y optimización sinérgica de la gran complejidad y de los innumerables eventos del sistema, mediante el conjunto de lenguajes analíticos, normativos, emocionales y simbólicos, disponibles. En este sentido, la función de la cultura es comparable, mutatis mutandis, a la función del sistema operativo en una computadora que integra de manera consistente todos los elementos de hardware, energía y aplicaciones en un milagro de productividad y eficacia humana.”
En la medida en que se movilice ese algoritmo ancestral en los pueblos en esa medida surgirá una respuesta acertada tal el caso de Bolivia. Con la biblia y la cruz en la mano quisieron repetir lo ocurrido hace  484 años atrás quemando nuestra wiphala, matando a nuestros hermanos y hermanas en Senkata y Sacaba y encarcelando a muchos que resistieron al golpe de estado del 12 de noviembre 2019. Apenas un año duró esa ofensiva de los neocolonialistas. No pudieron con nuestro algoritmo milenario.
Estamos conscientes que ellos dominan el poder económico, militar y medíatico. Por lo que toca democratizar esas relaciones de poder. Caso contrario se volverán a repetir los golpes de estado. Al mismo tiempo será necesario recuperar de ese algoritmo ancestral aquellos elementos que definen nuestra forma de vivir, el SUMA QHAMAÑA; SUMAQ KAWSAY (BUEN VIVIR). La humanidad mundial está sumergida no sólo en una crisis política sino también en una crisis profunda con el medio ambiente. EL SUMAQ KAWSAY es una alternativa realista para salir de esa crisis. 
Se les cayeron los calzones 
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Todos contra los indios, los campesinos, los obreros, las cholas…” fue la consigna electoral del odio profundo de los políticos q’aras, karayanas, mistis y también de algunos ch’uxñas o traidores indios a las poblaciones ancestrales y populares de la Bolivia profunda en la campaña electoral del pasado 18 de octubre. Se repitió hasta la repugnancia que el MAS-IPSP ha gobernado 14 años… y solo faltaba decir “¿cómo hemos tolerado tantos años que un indio (Evo Morales) sea presidente de ‘mi Bolivia’?” Es decir, un país solo de ellos. Pero fingidamente se manifestaban como los grandes defensores de la democracia, de la libertad y hasta de la tolerancia, vaya cinismo de estas castas sociales del país.
La rancia política conservadora, apoyada por varios medios de comunicación, armaron una gran ficción apantallada y comentada por los analistas despistados, pensando que estaban expresando el sentir de los ciudadanos e incluso representando lo que se deliberaba en la sociedad. Los periodistas y sus allegados lloraban porque no hubo ¡el gran debate presidencial!, como se efectúa en otros países, que fue la intención más burda y colonial de imitar.
Mientras las élites de las áreas urbanas pensaban que en las áreas rurales no pasaba nada, o a decir de aquel funesto pseudoperiodista español Alejandro Entrambasaguas, que los indios no usaban celulares, la realidad era lo contrario. Había mucho debate y reflexión en las comunidades rurales sobre lo que había sucedido en los últimos 11 meses y por quien votarían. Todo se realizó por WhatsApp, las redes sociales y en los idiomas ancestrales.
La noche del 18 de octubre, el Órgano Electoral Plurinacional y los medios de comunicación la convirtieron en una larga espera, ¿con la intención de ahogar la fiesta del ganador? Los presentadores de los canales de televisión y sus charlatanes analistas esperaban resultados en “boca de urna” que nunca llegaban y ya no tenían con qué improvisar y solo repetían frasecitas como “En segundos los resultados en boca de urna”, “En instantes, resultados en…”, hasta que decían “Bolivia aguarda los resultados de la votación”, en fin. Al parecer nunca estudiaron algunas técnicas de espontaneidad para momentos de emergencia, ¡qué papelón de las/os vedettes de la pantalla chica!
Ya sabemos el resultado general. Nuevamente los indios, los campesinos, los obreros, las cholas, los mestizos sensatos y sectores populares urbanos del país, representados en el MAS-IPSP, ganaron con el 55,10%, lejos de Comunidad Ciudadana, que obtuvo la segunda ubicación con el 28%. Y ¿ahorasti? Hoy pocos políticos y sus aliados se resignan por el fracaso y aceptan la derrota. Los más radicales y antiindios pretenden generar inestabilidad buscando adhesiones. Esta línea fascista y oligárquica quiere salvar al país arrodillándose y orando. Agarrados de la Biblia frente a un Comando Militar en Santa Cruz y en Sucre, piden que el Ejército y los policías tomen el poder mediante otro golpe de Estado. Justifican que ese acto ridículo sería “constitucional”. ¿En alguna parte de la CPE plurinacional se habla de golpe de Estado constitucional? Hay que recordarles que Luis García Meza y el grupo de militares narcotraficantes, en el golpe de 1980, también decían que van a salvar Bolivia, e incluso que comerían solo chuño si no tenían ayuda extranjera.
Hoy el pueblo profundo que fue humillado con la quema de su wiphala por algunos policías ignorantes, ahogado en sangre en Senkata (El Alto) y Sacaba (Cochabamba) por los militares, que fueron estigmatizados como hordas, salvajes, bestias humanas y varios de sus líderes fueron encarcelados, reclaman justicia.
La muerte reciente del trabajador minero de Colquiri y secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, Orlando Gutiérrez, fue a consecuencia del atentado criminal que sufrió por los necropititas. Estos paramilitares se camuflan bajo la libertad democrática aunque su accionar es de puro garrote. Toca al Ministerio Público investigar de oficio y castigar a los culpables.
Será imprescindible que las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana (representadas en personas específicas) sean enjuiciadas porque públicamente pidieron al presidente Morales, en noviembre de 2019, que renuncie a su cargo y eso es sedición y golpe de Estado.
Q’ara, misti, chitaku, ch’uxña jaqinakaxa, wasitampiwa kutkatañ munistu. ¿Kamachañanisa? Unjtasiñasawa, amuykipasiñasawa, mä pitataw uka ipi jaqinakarux tukkhañasa.
*Esteban Ticona es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo

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