Os militares e a tentativa de golpe no Brasil
Texto: Elaine Tavares
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A 20 AÑOS DE LA INVASIÓN YANQUI A PANAMA RETORNAN LOS ASESINOS
Por Revista Insurrección 196
30.12.2009 – El crimen de lesa patria de Martinelli y su gobierno, al inundar con 11 bases aeronavales al servicio de la U.S. Army la tierra sagrada de Panamá, no tapa la historia de las invasiones yanquis y las valerosas confrontaciones del pueblo panameño.
Los yanquis vinieron a matar.
Hace exactamente 20 años, la noche del 19 de diciembre de 1989, después de bombardear indiscriminadamente el centro mismo de la capital de Panamá (según las cuentas botaron 422 bombas registradas por el sismógrafo del Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá, bombas de 1000 y 2000 libras), desembarcaron más de 20. 000 marines, que asesinaron a sangre fría a miles de panameños y panameñas del pueblo, causaron 2 mil heridos, mil personas desaparecidas, 20 mil refugiados de guerra que perdieron sus casas, -incendiadas a propósito muchas de ellas en El Chorrillo- y 5 mil prisioneros políticos.
Esa misma noche del 19 y el día 20 atacaron 27 objetivos en todo Panamá, sobre todo bases militares de la Fuerza de Defensa creada por el general Torrijos.
Participaron 26.000 soldados de las unidades de elite, de los comandos navales, del ejército y la 82ª División Aerotransportada. 12. 000 desembarcaron. Destruyeron el aeropuerto Paitilla, los cuarteles de Panamá Viejo, Tinajitas, Los Pumas, Rio Hato, la Base de Coco Solo y sobre todo el Cuartel de El Chorrillo, situado en medio del barrio popular del mismo nombre. La resistencia fue nacional pero muy debilitada. No estuvo organizada, aunque reductos de soldados patriotas combatieron por todo Panamá. 26 soldados yanquis fueron aniquilados en esos días aciagos.
El General Torrijos vive.
Esta conmemoración, dolorosa para el pueblo panameño, viene envuelta en la memoria del patriota nacionalista y revolucionario General Omar Torrijos. Su transformación paulatina en un dirigente popular, y con ella, la construcción de una democracia sui-generis, municipalizada y nacionalista, sustento de la fuerza que le permitió negociar la salida de Estados Unidos del Canal para que pasara la Administración a manos panameñas, marcó la historia reciente de un país que fue creado para ser colonia yanqui, y que con la lucha de su pueblo se ganó la independencia.
El General Noriega, quien reemplazó a Torrijos, está acusado de ser una ficha del imperio. Su papel no pudo ser más triste. Sus vínculos con el narcotráfico, sus denunciados nexos con la CIA, y su nefasto papel previo y en la invasión, lo convirtieron en la antítesis histórica del General Torrijos.
La historia de Panamá es la historia del Canal y de la lucha contra los yanquis
Sobre el cadáver de Victoriano Lorenzo, cholo, General liberal nacionalista, fusilado en 1902, se firmó el Tratado Hay-Buneau Varilla en 1903, que le garantizó a Estados Unidos la construcción, uso y control del Canal de Panamá y a la oligarquía panameña la “independencia”. “Victoriano combatiente/ tu muerte el yanqui exigió;/ la traición te condenó/ por unas cuantas monedas/ pero tu recuerdo queda…/ El pueblo no te olvidó”. A partir de ese día Panamá fue una colonia yanqui, status que el pueblo combatiente nunca aceptó.
Los estudiantes y el pueblo, el 9 de Enero de 1964 desatan de nuevo el fervor patriótico e izan la bandera panameña en el enclave colonial de la Zona del Canal.
La llegada al poder del general Torrijos en 1968 y su posterior desarrollo, cambió la historia de Panamá logrando la independencia, cuando firma los acuerdos Torrijos-Carter. Esto es lo que quiere revertir Martinelli.
Martinelli es heredero de la invasión del 20 de diciembre de 1989
El crimen de lesa humanidad, genocidio, del gobierno de George Bush, padre y Colin Powell, contra el pueblo sencillo de Panamá, contó con la colaboración de buena parte de la oligarquía panameña, quienes solicitaron desde la llamada Cruzada Civilista la intervención contra la “dictadura”.
Bush le vendió al mundo que toda la acción militar de esos 19 y 20 de diciembre de 1989 y los días subsiguientes, se hizo para detener y llevar a los Estados Unidos al general Manuel Noriega, acusado de narcotráfico, y para traerle la democracia a Panamá. El eco aparece en boca de su aplicado hijo George W. Bush cuando hablaba de Irak y Sadam Hussein. Las mismas mentiras.
Los Estados Unidos construyeron la oportunidad, en ese año 1989, de golpear las fuerzas nacionalistas y revolucionarias de Panamá y establecer un régimen, en apariencia democrático, sustentado en la burguesía derechista panameña, que impusiera todas las políticas neoliberales y sus dictados, y que asegurara ese territorio estratégico para su control geopolítico. Guillermo Endara (asumió en una base yanqui), Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martin Torrijos, presidentes en ejercicio desde la invasión, cumplieron a rajatabla con el Consenso de Washington y con los dictados imperiales.
Ahora Martinelli remata la tarea regresando a Panamá a la larga noche de la tutela militar directa yanqui, rompiendo la neutralidad del Canal y traicionando la integración y la soberanía nuestramericana.
A veinte años de la última invasión violenta de los yanquis a Panamá, el lacayo Ricardo Martinelli permite el retorno de los asesinos de su pueblo.
Texto: Elaine Tavares
Texto: Elaine Tavares
Texto: Gilberto Felisberto Vasconcellos
Texto: IELA