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Turquía, las tretas de Erdogan

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Por IELA em 08 de dezembro de 2015

Turquía, las tretas de Erdogan

Turquia: o drama de quem sofre a guerra

Si el presidente turco Tayyib Erdogan creyó que jugar con fuego en el escenario mundial era cosa sencilla, a estas fechas está metido en un brete del que no podrá salir airoso, porque no tiene razón alguna en ninguno de los temas. Por ejemplo:
1.- El motivo del derribo del avión ruso Su-25 por fuerzas especiales turcas, fue porque la excursión cerca a la frontera turco-siria descubriría tarde que temprano lo que en la región era un secreto a voces: que por la frontera ha circulado y sigue fluyendo en miles de pipas de tráiler, el petróleo robado por el “estado islámico” (EI) desde los pozos petroleros bajo su control en Siria, hacia Turquía y de ahí al exterior. No porque se ignoraba, como dijo el presidente turco, el origen del caza ruso o porque —como arguyó— violara su espacio aéreo. Primero: se derribó el Su-25 en terreno de Siria; y segundo: hay pruebas satelitales que desmienten los dichos Erdogan.
2.- El cinismo de Erdogan al declarar que renunciaría si se le demostraba con pruebas contundentes que él tenía algo que ver con la compra de petróleo al EI y no hacerlo, lo pone frente al mundo como alguien capaz de mentir en aras del negocio familiar, y con sueños de dictadorzuelo que lo desnudan ante su pueblo por su verdadera naturaleza autoritaria y deseos de perpetuarse en el poder (hacia el interior no tolera oposición alguna). Por cierto que todavía falta lo que diga el pueblo turco y sus reacciones ante este señuelo de su presidente.
3.- Los mismos bombardeos rusos han puesto de manifiesto que la “coalición internacional” encabezada por los Estados Unidos de América (EUA) no sólo no tenían intenciones de acabar con el EI, sino que alimentaban al monstruo a conveniencia para utilizarlo con fines desestabilizadores de la región en Oriente Medio, para apoderarse del energético e intentar derrocar al sirio Bashar al-Assad. Eso ha quedado al desnudo porque en solo dos meses la estrategia de Putin ha destruido más posesiones, guaridas y armamento que la “coalición” en un año, y desmoralizado al EI. Turquía y su presidente Erdogan, ha mostrado hacer el trabajo sucio en esta situación y, como dijo Putin, ser el encargado de la puñalada trapera.
4.- Las evidencias fotográficas y videograbadas presentadas por los estrategas militares rusos, del flujo de petróleo encapsulado en pipas hacia Turquía, ha puesto de manifiesto lo desarrollado que está hoy el sistema de financiamiento del terrorismo internacional, por las altas ganancias que obtiene por ese medio el llamado EI para sus actividades de terror y de apropiación de bienes ajenos sin pago alguno. Un ejemplo de financiamiento antiguo de paramilitares fue el caso de la Contra nicaragüense (EUA en tiempos de Reagan vendió armas a Irán para financiar a los opositores al Frente Sandinista de Liberación Nacional), se ha quedado en pañales. El trabajo sucio para beneficiar a las multinacionales petroleras (se dice, las ganancias son para la Exxon Movil).
5.- El valor de Erdogan se basó en que es miembro de la OTAN y que con esa cobija estaba seguro, además que entre los principales beneficiados estaban los propios países occidentales por el petróleo barato. Pero el cinismo lo ha dejado casi solo y so riesgo de ser expulsado de un organismo por cierto vetusto porque surgió del Pacto de Varsovia y ahora no tiene razón de ser.
6.- Con el derribo del Su-25, Erdogan no solo quedó al descubierto de sus acciones en apoyo a los terroristas del EI, pero sobre todo pone en entredicho hasta dónde Occidente está, estaba y estará dispuesto a seguir “combatiendo” al terrorismo.
7.- La calidad moral que tiene Rusia ya la quisiera EUA, por varias razones: a) queda claro quiénes han apoyado a los terroristas, tratándose de los aliados en la zona de los halcones estadounidenses; b) que las incursiones de la coalición internacional encabezada por EUA nunca fueron para atacar a fondo los terrenos y posesiones del EI; c) que hay beneficiados con la movilidad del monstruo, porque su principal actividad está en comercializar el petróleo; d) que el terrorismo tiene fines claramente delineados por quienes persiguen intereses “oscuros” en el mundo, etcétera.
8.- Con estos antecedentes, así la OTAN haya dicho inicialmente que apoya a Turquía porque es un aliado, las pruebas del comercio ilegal mostrado por los generales estrategas rusos que comandan los ataques contra los terroristas, desactivan cualquier absurdo.
9.- El derribo del Su-25 irá más allá del bloqueo económico impuesto por Putin a Erdogan, como lo ha dicho el presidente ruso “más allá del negocio del tomate”, y lo que signifique eso nadie tendrá pretexto para contrarrestarlo.
10.- ¿A partir de ahora, qué hará Occidente contra Erdogan y el EI, que tiene las pruebas en la mirilla respecto al flujo de petróleo sirio hasta Turquía? ¿Qué contra uno y qué contra los otros? ¿Nada? ¿Con qué se justificará frente al mundo EUA? ¿Qué dirán el pueblo estadounidense y qué el pueblo turco? ¿Hasta cuándo una auténtica “coalición internacional” para derrocar al EI, sobre todo ahora que se ha descubierto la fuente de financiamiento?
11.- ¿Quién a estas alturas seguirá creyendo que tiene la calidad moral, para seguir insistiendo en el derrocamiento de Assad, no obstante haber padecido éste el acoso tanto de intereses externos vía el acoso como internos por el terrorismo del EI y Al Nusra, más no por el rechazo popular?
12.- En fin, que las tretas de Erdogan han puesto al desnudo el uso que del terrorismo internacional hace Occidente. Un medio más para las ganancias del gran capital, así sea utilizando —o precisamente por ese medio— la violencia más atroz con pretextos religiosos de imponer un califato musulmán.
El golpe propinado por Rusia a estos intentos de Occidente de seguir utilizando la siembra del terror para defender sus intereses, ha desarmado a la OTAN, a EUA, a Turquía y algunos socios europeos y los ha dejado sin pretexto para responder militarmente —si así lo quisieran— al ejército ruso. Además que los socios de Rusia, al menos Irán y China, permanecen en silencio. En otras palabras, como en el caso de Ucrania donde Poroshenko trató de jugar sucio para embarrar a Rusia en sus juegos de guerra para otorgarle un pretexto a Occidente, así Erdogan está haciendo lo propio para fines similares: los dos han quedado al descubierto porque sus tretas no han cuajado, dejando a Rusia con la sartén por el mango en todo caso.
 

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