Memória – Cuba e a saída de Fidel (2008)
Texto: IELA
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La extradición de los paras.
Aplicación de la “justicia global”
Por: Ricardo Sánchez Ángel – Profesor Asociado Universidad Nacional. Profesor Titular Universidad Externado/ Colômbia
El gobierno del presidente Álvaro Uribe extraditó a los Estados Unidos a quince altos jerarcas del crimen organizado: paramilitares y narcotraficantes. Con ello acabó con el llamado proceso de justicia y paz. Propinó con esta medida un golpe devastador a la justicia colombiana, desmoralizando y menguando su capacidad sancionatoria. Colocó el proceso contra la parapolítica en una situación de debilidad extrema. Cortó de un tajo las expectativas legítimas de las víctimas de saber la verdad, el comienzo ético de toda reparación, y no el simple anuncio, otro más, de 7 billones de pesos para quienes soportan la tragedia de la peor miseria: la del exterminio de miles y miles de sus familiares, de la pérdida de sus rastros, de la necesaria ubicación de sus restos y de la identificación y calificación de los responsables de estas atrocidades.
Los muertos ni siquiera pueden estar seguros.
A las víctimas se las quiere mantener enterradas, desaparecidas, olvidadas, borradas de la vida y la historia. El verdadero trofeo de los vencedores: la capa de capitalistas y terratenientes, con sus políticos y gobernantes que se benefician de la monstruosa contrarreforma agraria y su diáspora de cuatro millones de compatriotas. El señor presidente sabe que quien domina es heredero de los vencedores.
Es posible descifrar en toda la majestad de su horror el triunfo de la barbarie, maquillada con la retórica de la cooperación internacional que acompaña la realidad, que la extradición opera como expresión de la llamada “justicia global”, en la que Colombia ha sido convertida en protectorado norteamericano.
Toda esta movida bonapartista de golpear a los 15 jefes criminales, opera como venganza, la utilización de “chivos expiatorios” que sirven para encubrir la realidad del narcocapitalismo y la parapolítica.
Hay que afirmarlo otra vez. Existe un acuerdo entre las víctimas y los colombianos. Ellas nos están aguardando en la tierra y su pretensión de volver nos compromete.
Texto: IELA
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