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Bolivia: ¿Paraiso de las Transnacionales?

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Por IELA em 18 de junho de 2010

Bolivia: ¿Paraiso de las Transnacionales?
Por Eduardo Paz Rada – Bolívia
18.06.2010 – Durante los últimos tres meses las más grandes corporaciones mineras y  petroleras del mundo, acompañadas por gobiernos de distinto talante 
que las respaldan, han puesto sus ojos en Bolivia debido a las 
grandes potencialidades de recursos estratégicos que se encuentran en 
el territorio boliviano, entretanto algunos grupos indígenas, llamados 
“naciones”, incentivados por un discurso oficialista desteñido y por 
organizaciones no gubernamentales transnacionales consideran un 
derecho particular la administración de estos recursos frente al 
Estado central dirigido por Evo Morales Ayma.
Una especie de “gran Paitití” o El Dorado se ha creado alrededor de 
importantes reservas naturales estratégicas, gas, litio, hierro, otros 
minerales y biodiversidad, que se encuentran en las entrañas del 
territorio boliviano. Los gobiernos de Francia, Brasil, China, Rusia, 
Japón, India, Irán y Corea, entre otros, en coordinación con empresas 
arraigadas en esos países, han realizado gestiones y acercamientos 
para incursionar en emprendimientos de gran volumen de capital y hacen 
la corte al propio Presidente del Estado.
El país cuenta con las reservas mundiales más importantes de litio, 
materia prima estratégica de las más importantes utilizada en la 
fabricación de pilas alcalinas, baterías, autopartes, computadoras, 
farmacopea, vidrio, cerámica y armas nucleares; el interés por el 
mismo se manifestó con la invitación que recibió Evo Morales para 
visitar las plantas de la Bolloré de Francia y lo hizo, la presencia 
en Bolivia de representantes de Vale do Rio de Brasil y el próximo 
viaje de Morales a Japón, invitado oficialmente, abriendo la 
posibilidad de conversaciones con la Sumitomo y la Mitsubishi.
Los presidentes de ambos países, Nicolas Sarkozy e Inacio Lula Da 
Silva, y el Emperador Akihito han manifestado el interés de sus países 
por ser parte del proyecto de explotación e industrialización del 
litio, en tanto las autoridades bolivianas realizan un proyecto piloto 
de producción de carbonato de litio, abriendo la posibilidad de que 
capitales transnacionales puedan participar en la transformación 
industrial a gran escala.
Respecto al gas natural, el país es principal reserva en sudamérica, 
hidrocarburo que se ha convertido en la principal fuente de ingreso 
de divisas por los volúmenes y precios de exportación a Brasil, 
principalmente, y a Argentina, y con proyección de hacerlo hacia 
Paraguay y Uruguay y que ha permitido que el gobierno tenga holgura de 
recursos para sus políticas redistributivas consistente en bonos a 
niños, mujeres y ancianos, aprovechando de la nacionalización de 2006, 
nacionalización que se convirtió únicamente en la elevación de 
impuestos y regalías a las transnacionales.
Las grandes petroleras Total de Francia, Repsol de España, Vintage de 
Estados Unidos, BP de Gran Bretaña y Petrobrás del Brasil se han 
convertido en socias privilegiadas de Bolivia porque mantienen el 
control de la explotación y exportación de gas, con una empresa 
estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en 
situación crítica por falta de una estrategia efectiva de 
industrialización de los hidrocarburos y por haber cedida a nuevos 
contratos con las transnacionales.
El ex Presidente de YPFB, antes Presidente del Senado Nacional y mano 
derecha de Evo Morales y el MAS, Santos Ramirez, fue encarcelado por 
haber participado en un escandaloso hecho de corrupción en la empresa 
petrolera.
A su vez, YPFB ha tomado contacto con la poderosa empresa gasífera 
rusa Braskem para realizar emprendimientos que aún se presentan de 
manera muy preliminar, y la venezolana PDVSA no termina de apoyar 
efectivamente en los proyectos que inicialmente ofreció para impulsar 
la industrialización de los hidrocarburos en Bolivia. El apoyo 
venezolano para cubrir el déficit de diesel, sin embargo, es 
fundamental para el régimen de La Paz, puesto que el consumo interno 
de gas aún es bajo por falta de una red interna de gasoductos.
El proyecto de explotación de las importantes reservas de hierro del 
Cerro Mutún, en la frontera boliviano-brasileña, que se inició con 
importantes avances de la empresa hindú Jindal, ha quedado suspendido 
debido a fuertes pugnas con el gobierno sobre el cumplimiento de los 
compromisos adquiridos, de ahí que el Ministerio de Minería y la 
Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) han ejecutado una boleta de 
garantía de la empresa por incumplimiento de contrato. El gobierno 
chino ha hecho conocer su interés por realizar grandes inversiones en 
el emprendimiento.
En ese contexto, otras empresas chinas, venezolanas y rusas han 
mostrado interés por incorporarse a la producción de hierro y sus 
derivados importantes, tomando en cuenta la demanda internacional del 
producto.
En relación a otros minerales y empresas la situación es la siguiente: 
El emprendimiento minero más importante de Bolivia lo realiza la 
japonesa Sumitomo con la mina San Cristóbal (comprada al 
multimillonario George Soros) que explota zinc y plomo, siendo 
responsable del ochenta por ciento de la exportación de estos 
productos, está luego la Coeur D`alene de Canadá con la explotación de 
plata en San Bartolomé, la Glencore suiza (comprada al expresidente 
Gonzalo Sanchez de Lozada) en Porco con la producción de zinc y plomo, 
la Pan American Silver de Canadá en San Vicente con la explotación de 
cobre y zinc y la australiana Republic Gold de Australia con la 
explotación de oro en Karachipampa.
COMIBOL tiene bajo su administración la empresa Minera Huanuni y la 
Fundición de Vinto y junto con la coreana Kores explota los 
yacimientos de cobre de Corocoro, mientras el poderoso gremio de las 
Cooperativas Mineras de Bolivia, con fuerte gravitación política sobre 
el gobierno, tiene importantes concesiones en la región occidental de 
Bolivia.
A pesar de que el Programa de Gobierno presentado por Evo 
Morales-Alvaro Garcia en las elecciones generales de diciembre de 
2009, oportunidad en la que consiguieron el 64 por ciento de la 
votación, planteaba el Gran Salto Industrial, junto a la Revolución 
Vial, en los más de cuatro años de gestión el proceso de 
industrialización de los recursos naturales estratégicos no ha sido  
desarrollado.
El drama boliviano es que, desde la época colonial, ha sido 
exclusivamente un país exportador de materias primas bajo el molde de 
la división internacional del trabajo, desde la plata de Potosí, hasta 
el gas en la actualidad, pasando por el caucho, el estaño y el 
petróleo a lo largo de los últimos siglos, a pesar de haberse 
producido tres nacionalizaciones de los hidrocarburos y dos 
nacionalizaciones de los recursos mineros.
Lo contradictorio del gobierno actual es que ha desarrollado un 
discurso industrialista, de transformación de los recursos naturales, 
de sustitución de importaciones, de incorporación de valor agregado, 
de potenciamiento de la economía estatal frente a la ofensiva 
transnacional del neoliberalismo, sin embargo en la práctica mantiene 
una relación de armonía con las transnacionales que explotan y 
exportan las materias primas como en los siglos pasados.
En relación a la nacionalización de empresas eléctricas, mineras, de 
telecomunicaciones, de hidrocarburos, el Vicepresidente del Estado, 
Alvaro Garcia manifestó que Bolivia debe pagar a las transnacionales 
mil millones de dólares y el Presidente Evo Morales reiteró que quiere 
“socios, no patrones” dando garantías a las empresas.
Un aspecto sumamente delicado, en términos legales y políticos, es que 
el gobierno de Evo Morales, después de haber nacionalizado los 
hidrocarburos en mayo de 2006, dejó de lado las auditorias que se 
realizaron a las transnacionales petroleras, estas auditorias y 
balances determinaron que las empresas cometieron irregularidades y 
tenían deudas por encima de los 800 millones de dólares.
Asimismo, en octubre del mismo año, negoció con transnacionales los 
nuevos contratos que, si bien permitieron mejores ingresos al Estado, 
las mantuvo en condiciones envidiables en el país.
Por su parte, las demandas salariales, durante los últimos tres meses, 
de los trabajadores estatales y privados han sido rechazadas por el 
gobierno generando una pugna entre los asalariados de distintos 
sectores con los sectores no asalariados, como los campesinos, 
indígenas y comerciantes, que se benefician de la política de 
beneficencia del gobierno, establecida a través de bonos a los niños, 
madres y ancianos.
A su vez, los grupos indígenas de oriente y occidente, sectores de 
importante respaldo al gobierno, han mantenido una tenaz posición de 
utilizar las denominadas autonomías de las “36 naciones indígenas”, 
reconocidas por la Constitución, para demandar derechos sobre los 
recursos naturales, especialmente hidrocarburos y minerales, lo que ha 
generado conflictos de difícil solución. Las transnacionales 
petroleras y mineras y los grupos indigenistas coinciden en debilitar 
el rol del Estado en la conducción de la economía y la administración 
de los recursos naturales.
El peligro de fragmentación o declaración de “territorios libres” está 
presente en la medida en que, a nombre de los ayllus, las comunidades 
indígenas cercanas a Uncia, Potosí, luego de haber asesinado a cuatro 
policías, demandan el manejo independiente de su territorio, donde el 
contrabando de vehículos y el tráfico de drogas es generalizado, 
sobretodo con la frontera chilena.
Después de las elecciones de diciembre de 2009, un triunfo notable de 
Evo Morales con 64 por ciento de votos, se produjo una reducción de la 
importancia electoral del MAS que tuvo derrotas electorales en casi 
todas las capitales de departamento, siendo ésta una manifestación de 
descontento en los sectores urbanos y medios frente a las políticas 
del indígenismo dominante.
El destino de los recursos naturales y el interés de las 
transnacionales y las potencias imperialistas sobre los mismos, 
marcarán los futuros pasos del gobierno que, a pesar del importante 
respaldo interno y externo, ha perdido o no tiene una orientación 
clara de hacia donde se dirige.
De manera gráfica, el Embajador de la Unión Europea en Bolivia, el 
británico Kenneth Bell, manifestó, en entrevista en La Prensa del 9 de 
mayo de 2010, que las transnacionales petroleras Total de Francia, 
Repsol de España y BG de Gran Bretaña han hecho nuevos acuerdos con el 
gobierno de Bolivia, bajo el paraguas de los acuerdos internacionales, 
tomando en cuenta las buenas relaciones diplomáticas con los países 
europeos y con sus empresas.
 

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