Por Cuba – A Educação e o Meio Ambiente (E 18)
Texto: Davi Antunes da Luz
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Haití: ¿una cifra o una realidad histórica?
Jose Luis Patrola
06.04.2010 – Quienes ya recorrieron el territorio haitiano saben que el vudú (woudou)
es una práctica religiosa presente en gran parte de la población. Sobre
todo entre los campesinos, la cultura es muy fuerte. Como se trata de
una cultura religiosa existen grandes misterios sobre lo que realmente
pasa en las ceremonias y celebraciones. Sin embargo, tras año y medio
por aquellas tierras logré verificar que, como religión, el vudú tiene
sus ventajas y desventajas en lo que se refiere a la liberación y la
formación de la conciencia de los haitianos. El vudú, o cualquier otra
religión, no necesariamente utiliza la mentira como su práctica. Es la
gente la que cree voluntariamente en lo que se dice o en lo que se hace.
Los números presentados en la reunión de Nueva York como base del Plan
de Reconstrucción de Haití no son mentirosos. Se ha anunciado una cifra
de 5.300 millones de dólares. Los Estados Unidos y la Unión Europea se
presentan como los más importantes donantes. El presidente haitiano,
René García Preval, oía los números algo desconfiado. Él sabe que los
números no mienten, pero engañan.
Los números presentados por Ban Ki-Moon son verdaderos y reales. La
mayoría de los presentes en la reunión se calló frente a las bonitas
cifras y las perspectivas de reconstrucción de un país ya en ruinas
muchos años antes del terremoto del 12 de enero. Se presentan el Banco
Mundial y el FMI como grandes coordinadores del gran presupuesto que se
llevará a cabo con la importante ayuda de Bill Clinton y de Jorge Bush.
La cifra de 5 mil 300 millones de dólares no miente sino que oculta una
cifra tan importante respecto a ella. En efecto, la mayoría de los
participantes en la reunión de Nueva York se olvidó que la ocupación
militar que se estableció en Haití después del 2004 ha necesitado más de
3 mil 600 millones de dólares para sostenerse. Al mismo tiempo, los
bonitos números presentados no revelan el cálculo completo. Los trece
mil soldados norteamericanos enviados a Haití después del terremoto
consumen un presupuesto superior a 468 millones de dólares por año
solamente en sueldo personal, al mismo tiempo que el incremento de 3500
personas en el cuerpo de la MINUSTAH tras el terremoto sube su
presupuesto en 126 millones de dólares anuales solamente en sueldo.
Por otra parte, los presentadores del plan de reconstrucción no
comentaron que Haití tiene una deuda externa superior a 1 mil 300
millones de dólares contraída hace décadas y cobrada mensualmente por
los mismos entes que van coordinar el plan de ayuda.
El costo de un soldado de rango inferior desplegado para servicios
militares en Haití, según los mismos soldados, llega a 3 mil dólares
mensuales de sueldo. Mientras que el sueldo mínimo haitiano es de 60
dólares mensuales. Un soldado que sale de cualquier parte del mundo
recibe por mes el equivalente a 4 años de trabajo de un haitiano que
vive con un sueldo mínimo. Eso significa que el sueldo pagado a un
soldado durante un año, 36.000 dólares, es igual a 50 años de trabajo de
un haitiano.
El pequeño cálculo realizado en el párrafo anterior comprueba que los
números pueden engañar. La mayoría de los participantes en la reunión
de Nueva York no comentó sobre la forma de pago de este nuevo préstamo
del que Haití se va a beneficiar. Ni siquiera el propio René Preval.
¿Quién va a pagar a las muchas empresas norteamericanas articuladas por
Jorge Bush que ya están contratadas y designadas para actuar en
distintas zonas del país destruido? No hay una empresa que trabaje sin
ser bien remunerada. Préstamo es préstamo y Haití tendrá que pagar, a
pesar de estar pagando desde hace tiempo, una deuda que no es suya.
Los entes encargados de la reconstrucción de Haití son los mismos que
impusieron los más grandes ajustes a la economía haitiana en los últimos
años, golpeando duramente todos los servicios públicos como salud,
construcción de rutas y escuelas. Los mismos que aplastaron a la
economía agrícola, donde vive el 70% de la población, con los acuerdos
de libre comercio están ahí. Los mismos entes que mensualmente cobran
una deuda vergonzosa, ahora vuelven al escenario mundial como los héroes
de una batalla contra la pobreza. Pero fueron ellos quienes llevaron la
pobreza a Haití.
La reunión de Nueva York presentó unos números al mundo como si fuera un
cálculo matemático exacto sin riesgo a errores. 5 mil 300 millones de
dólares. Cuba y Venezuela han sido las voces contrarias a la
arbitrariedad de la matemática de los números reales pero engañosos.
Cinco mil trescientos millones de dólares es una mentira disfrazada de
la obviedad de la ciencia exacta. Están golpeando a Haití con la cruel
espada financiera. Están golpeando al mundo al decir que las cifras son
exactas.
Que los espíritus de Capóis La Mort, Trussaint Louverture, Alexander
Petion, Henri Kristophe y Jean Jacques Dessalines despierten la
conciencia internacional y sobre todo del pueblo haitiano, para que nos
levantemos contra tanta crueldad y mentira.
Los números no mienten, pero a veces engañan.
– José Luis Patrona es profesor de Historia, miembro del MST y
coordinador de la brigada de cooperación entre La Via Campesina de
Brasil y organizaciones campesinas de Haití
Texto: Davi Antunes da Luz
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