Memória – Cuba e a saída de Fidel (2008)
Texto: IELA
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Marxisimo e indianismo
Por Álvaro García Linera – vice-presidente da Bolívia
26/12/2008 – Las clases sociales no son estructuras estancas, cerradas, bien definidas. Solamente en la analítica del investigador las clases se presentan así. En la realidad política las clases se presentan como estructuras híbridas, complejas. Bajo ciertas circunstancias, un tipo de actividad material, bajo otras circunstancias, otro tipo de actividad material. Y en la acción política esta hibridez también se va a reflejar en que no necesariamente los obreros, por ejemplo hoy, se movilizan en tanto obreros. Posiblemente sea hoy más fácil movilizarse no como obrero por la dificultad y el autoritarismo fabril que reina en una fabrica. Tal vez sea más fácil movilizarse como estudiante universitario, o tal vez sea más fácil movilizarse como miembro de un barrio, de una vecindad o como consumidor.
Esta complejidad de las estructuras materiales de las clases y esta complejidad de las formas de las movilizaciones sociales no pueden ser entendidas mediante lecturas rígidas y monolíticas de la historia. Requieren un estudio de la complejidad y de su hibridez.
¿Como contribuye esta mirada de Marx al entendimiento de las sociedades indígenas? En primer lugar, que las sociedades indígenas, portadoras de identidades culturales, no son ni reaccionarias, ni contrarrevolucionarias, ni a-históricas. Forman parte del proceso de construcción de las voluntades nacional-populares de una sociedad. En segundo lugar, solamente en la medida en que se resuelva los problemas de dominación colonial internas de cada estado es posible luego pensar en la posibilidad de construcción de un proyecto de autonomía obrera capaz de plantarse tareas pos-capitalistas frente a la sociedad y frente al estado. En tercer lugar va a depender de la forma en como se construyen las luchas de emancipación nacional identitaria y culturales dentro de cada sociedad, de cómo luego se podrá construir proyectos de emancipación y de autonomía obrera pos-capitalista.
El tercer eje marxista que permite acercar marxismo e indianismo es la relación entre clase y nación. Aquí me voy a apoyar fundamentalmente en el capitulo sobre el valor de uso en El capital, y en el mismo capitulo, valor de uso/valor de cambio, del Manuscrito 1861-1863. ¿Que es lo que nos dice Marx en torno al tema la nación? Que esta, según Marx, tiene una dimensión social natural. Es decir, que el proceso de las construcciones nacionales tiene una dimensión social natural de las sociedades. ¿Cuáles son los componentes de esta dimensión social natural? El entorno territorial, el conjunto de procedimientos técnicos, las prácticas lingüísticas, las fuerzas de cohesión colectiva y la vitalidad política de los entornos humanos. Esto significa que las naciones, si bien como dice Benedict Anderson, son comunidades imaginadas, las naciones no se las pueden inventar ni se las puede imaginar sobre la nada. Si bien las naciones son artefactos políticos que movilizan memoria y fuerza colectiva, la posibilidad de movilizar memoria y fuerza colectiva no puede ser arbitraria, requiere un basamento social natural. Prácticas lingüísticas, de cohesión de las fuerzas, o un imaginario o un destino o una búsqueda de cohesión lingüística, memoria territorial de la sociedad, fuerzas de cohesión colectivas a lo largo del tiempo practicadas a través de distintas formas de acción cultural, y una vitalidad política para llevar esas experiencias, esas fuerzas y esas memorias hacia un destino de independencia. Ciertamente las naciones son comunidades imaginadas, pero son comunidades imaginadas que gatillan, que habilitan, que despiertan un conjunto de condicionamientos social-naturales de cualquier comunidad humana. Una nación es un producto construido, pero ese producto construido no se puede hacer de la nada ni sobre la nada. Requiere un conjunto de condicionamientos que permiten la construcción exitosa o limitada de una producción nacional.
Entonces, es posible entender la fuerza y la vitalidad de la demanda de identidad de los movimientos indígenas. Es en la posibilidad de dar lugar de resolver la demanda de identidad, la demanda de reconocimiento de las fuerzas indígenas, donde se pone en juego la construcción de proyectos de emancipación de más largo plazo. Y es en ellos en los que se puede realizar distintas maneras de articulación social de las colectividades convocadas entorno a esa identidad. Y eso forma parte del escenario sobre lo cual luego se construye movilizaciones y luchas más radicales frente al capitalismo.
Además, Marx, quien trabajo este tema en el Manifiesto Comunista, decía que toda clase revolucionaria tiene que convertirse en una clase verdaderamente nacional, o mejor, que el paso previo a la consolidación de una clase revolucionaria es su constitución en una clase verdaderamente nacional.
¿Que está diciendo Marx con esto? Que no son posibles los procesos de lucha de emancipación sin estrategias de alianza. Sin lo que luego Gramsci denominó la posibilidad de que algún sector social obrero o campesino o indígena o intelectual se convierta en un sector hegemónico, capaz de liderar una reforma moral e intelectual de la propia sociedad. Es decir, la posibilidad de imaginar el socialismo o el comunismo en términos teóricos es indisoluble de la posibilidad de construir alianzas. La única manera de construir alianzas es sobre la base de articular demandas, intereses que muchas veces pasan por la dimensión cultural o lingüística de los sectores excluidos.
Un ultimo punto sobre esta digresión del aporte marxista. ¿Se puede ser clase por una parte y nación, por otra? Viejo debate de la antropología. La respuesta que dio la izquierda es que, por un lado, se puede ser clase en términos económicos y, por la otra, se puede ser participe de una nación con una ilusión colectiva, de destino, de territorio y de poder político. Pero en el marxismo no encontramos eso. Esta es la manera en que Marx trabaja el tema de la clase y de la etnicidad, de la clase y de la nación, de la clase y de la descolonización, está claro que la dimensión cultural y simbólica es un componente más de la construcción de la clase. Muchas veces las clases sociales se visibilizan, se movilizan no en torno a demandas estrictamente económicos. Muchas veces las clases habrán de movilizarse, habrán de cohesionarse por demandas, por temáticas y por convocatorias de carácter cultural y lingüística.
¿No será que el movimiento indígena, en su vertiente campesino-agraria y en su vertiente urbano-popular es una manera específica, histórica de visibilización de una movilización de clase social subalterna? ¿No será que toda clase tiene una dimensión cultural y nacional, y que toda nación en el fondo tiene un núcleo de clase? Este es una hipótesis que debiera ser trabajada. En todo caso, la propuesta marxista no tiende a separar clase por una parte, cultura por otra parte; clase por una parte, nación por otra parte. Ve ambos como componentes de un mismo proceso de construcción de la organización social.
Texto: IELA
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