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La batalla por México

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Por IELA em 09 de dezembro de 2020

La batalla por México

Cinco Camisas de Fuerza frenan a la 4T
1. ¿Fracasó o triunfo la 4T?Para emitir un juicio justo sobre los dos primeros años de gobierno del presidente López Obrador es imprescindible tomar en cuenta las cinco condiciones objetivas del proceso mexicano que limitan su potencial de transformación: la Doctrina Monroe; el absolutismo del Gran Capital; el control mental de los ciudadanos; la Weltanschauung (visión del mundo) de las clases medias y el Estado “heredado” del antiguo régimen. Estas cinco camisas de fuerza inmovilizadoras configuran el polígono de éxito o fracaso de la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador. Si él triunfa o es derrotado depende de la maestría de gobernanza que sepa implementar.
2. El amo imperialLa Doctrina Monroe (1823) es, por supuesto, la primera camisa de fuerza que define el margen de maniobra del proyecto de transformación. Todos los países de América Latina actúan bajo “las leyes de la gravitación política”, como John Quincy Adams definió hace casi doscientos años la soberanía restringida de las naciones del “patio trasero” imperial. La relación neocolonial, expresada entonces en términos de la física newtoniana por el geo-estratega imperial Adams, hoy día es más clara que nunca. 330 millones de estadunidenses produjeron en 2019 un Producto Interno Bruto (PIB) nominal de 20.5 billones de dólares. 650 millones de latinoamericanos apenas generaron un PIB de $5.6 billones. Es decir, la fuerza de atracción gravitatoria (masa gravitatoria) del Imperio, tomando en cuenta la población, es alrededor de siete veces superior al de su protectorado neocolonial al sur del Rio Grande. Entonces: ¿qué necesidad tiene el sol de negociar con su pequeño planeta tierra?
3. El Gran CapitalLa dependencia del gran capital nacional e internacional es la segunda limitante estructural, por el simple hecho de que “donde manda capitán no manda marinero”. La clase dominante define las reglas elementales de la democracia burguesa vía el férreo control de la variable sistémica decisiva: la tasa de inversión que, a su vez, es una función de la tasa de ganancia. De ahí, que todo intento unilateral de un régimen reformista transformador de modificar las relaciones de producción y apropiación en las democracias capitalistas –reforma fiscal, salario mínimo, outsourcing, pensiones, deuda pública, distribución del plus producto, etc.– sin un acuerdo básico con los sectores hegemónicos de la Gran Burguesía, está condenado al fracaso.
4. Animal Alpha y ManadaLa tercera restricción estructural la constituyen los aparatos de control psicológico de la población: los medios masivos de perception management y adoctrinación comúnmente llamados “de comunicación”, las iglesias y demás aparatos ideológicos de la power elite. El punto débil de toda sociedad y democracia racional es la deficiencia genética del homo sapiens, de no actuar sobre la realidad objetiva misma, sino sobre su percepción de esa realidad. Manipularlo con las tecnologías digitales contemporáneas y las ocho estratagemas científicas para la “lobotomía cultural masiva” es, en consecuencia, una tarea fácil de lograr. Convertido en un miembro pre-consciente más de la manada el individuo acompaña ciegamente al animal Alpha hasta su propia destrucción. El ejemplo de los seguidores de Trump, pese a su criminal política ante el Covid-19 es la evidencia empírica irrefutable de esta conducta anti racional de índole religiosa, basada en la verdad mental (“subjetiva”) del individuo, no en la verdad (realidad) objetiva. Se trata, en términos de Freud de una especie de neurosis colectiva que permite a las fuerzas de la anti-historia movilizar sus huestes con relativa facilidad contra todo proyecto de modernización transformador. “Trumpista”, “Bolsonarista” y, póngale el nombre de los fanáticos presidenciales que quiera, pueden integrarse como legítimos sinónimos de “animal de manada” en el lexicón contemporáneo.
5. Clases medias: el AtractorLa cuarta condición restrictiva de la transición es el papel de las clases medias en la estructura de clases de la sociedad actual, que, sin exageración alguna, es decisivo para toda transición. La razón reside en que las clases medias constituyen el centro de gravedad de las sociedades contemporáneas, es decir, el centro de equilibrio del sistema. Utilizando un lenguaje científico más sofisticado, esas clases –junto con la tasa de ganancia y la competitividad (supremacía) tecnológica global–  son el principal atractor social del sistema, que determina su evolución mediante una dialéctica comparable a la de un “caos determinístico”. Aunque la adormecida “izquierda” no se ha dado cuenta todavía, pese a tener el ejemplo concreto de China delante de sus narices, ninguna transformación social a gran escala es posible en el Siglo 21, si no toma en cuenta la visión del mundo y los intereses esenciales de esta clase, que es el sustrato material de la democracia burguesa liberal. De hecho, la democracia formal es su Jardín de Edén y no permiten que algún intruso intervenga en su paraíso.Con “la izquierda” y sus protagonistas políticos huérfanos de la ciencia del Siglo 21, no sorprende que nunca logra estabilizar sus proyectos de transformación después de haber convertido a “los pobres” en clases medias bajas (Lula-Rousseff, Corea, Evo). Alejada del materialismo dialéctico genera  su propio Thermidor: la clase social que los saca del poder, porque nunca entendieron el proceso de autodestrucción programada que conlleva su cristiana redención de “los pobres”.
6. Los Reyes tienen la última palabraLa quinta condición restrictiva es el Estado que “heredan” los reformadores transicionales, en particular la burocracia civil con su normatividad administrativa y judicial y, más importante todavía, las Fuerzas Armadas, que son el árbitro final de lo permisible en toda transformación social. Ultima ratio regis –la última palabra de los Reyes son los cañones– hizo grabar el ilustrado rey prusiano Federico el Grande en sus piezas de artillería, por si a algún iluso transformador o redentor se le olvidaba dónde reside el poder real de la política.
7. Romo, Covid y los tiburonesLas cinco camisas de fuerza de la 4T no proporcionan, por supuesto, una métrica científica del éxito o fracaso del proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Más bien, definen los límites del polígono de planeación, dentro de los cuales el presidente tiene que optimizar su gobernanza.La renuncia del Chief of Staff del Palacio Nacional, Alfonso Romo, cuya misión consistía en servir de interfase proactiva entre el Estado y el Gran capital,  junto con el mega empresario Carlos Slim; el juicio público sobre el preocupante manejo de la pandemia del Covid-19 en México emitido por el Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, y la constitución de un Bloque Opositor orgánico conducido por altas jerarcas del Gran Capital mexicano son señales, que hacen imperioso desarrollar la metrología científica que permita saber con precisión, si el poder de la 4T se incrementa, está paralizado o decrece.
La impresión prima facie de su fuerza es, que se ha reducido sustancialmente comparado con lo que era hace dos años, debido esencialmente a serios errores estratégicos de adaptación del gobierno ante la “Nueva Normalidad” creada por la pandemia y, a la incomprensible deconstrucción de las 30.5 millones de voluntades inter-clasistas de 2018, que representaron la fuerza de cambio más poderosa que tenía le presidente. Las estrepitosas derrotas electorales de Trump y Maduro, cuyos modelos comparten ciertos paralelismos estructurales con el de la 4T, refuerzan la percepción de un preocupante debilitamiento del proyecto original.Ojalá, que la famosa novela “El Viejo y el Mar” (Hemingway) no sea un ominoso presagio de lo que pueda suceder en las elecciones del 2021.

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