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Neofascismo Burgués, Estado Islámico y cercana Guerra Nuclear

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Por IELA em 04 de junho de 2015

Neofascismo Burgués, Estado Islámico y cercana Guerra Nuclear

 

1.  De Hitler a Obama: evolución del fascismo y tercera repartición del Mundo
Mientras el fascismo de los años treinta se servía de  lumpen-políticos como Hitler, Mussolini y Franco, el neofascismo actual de la burguesía atlántica se conduce por un protagonista de polida formación intelectual, con enorme visión estratégica e insuperable hipocresía. Esta combinación hace tan peligrosa a Barack Obama y sus títeres europeos (Merkel, Cameron, Hollande) y asiáticos (Abe). Era necesario un brillante intelectual como este Uncle Tom del complejo militar-industrial-financiero estadounidense, para cumplir con la tarea estratégica de destruir a Putin-Rusia y Xi Jinping-China y, como “daño colateral”, desplazar y aniquilar millones de personas en Medio Oriente, Ucrania, Colombia, entre otras partes del mundo. Obama preside la tercera repartición imperialista global.  Dentro de sus jugadas de ajedrez mundial mueve peones denominados ISIS (DAESH, EI), Talibán, Al Nusrat y otros grupos “islámicos”, que le sirven a Washington en su guerra hegemónica regional de Medio Oriente, el Cáucaso y el corredor estratégico de Asia Central, contra Rusia, China e Irán. Las primeras dos reparticiones planetarias de la burguesía atlántica produjeron la Primera y Segunda Guerra Mundial. La tercera probablemente producirá una Guerra Nuclear, que será el fin de la especie. La aniquilación de Estados, la destrucción de pueblos, del derecho internacional y de la cultura universal son “daños colaterales” inevitables en esa geopolítica del fascismo burgués: del de ayer, y del de hoy.
2. ISIS, instrumento geopolítico de Washington
Los suministros bélicos, financieros y de asesores militares de Estados Unidos, Inglaterra, Israel, Arabia Saudita, Turquía, los Estados del Golfo, etc., al Estado Islámico (ISIS), comprobaron ya hace más de un año que ISIS era, esencialmente, una pieza operativa en el proyecto de destrucción anglo-sionista de los Estados seculares de Medio Oriente: Irak, Libia, Palestina, Siria y el Estado semi-secular de Irán. No tardó en aparecer la evidencia documental de tal hecho. El 18 de mayo del presente, el grupo político estadounidense Judicial Watch publicó un documento de-clasificado de la Inteligencia Militar (Defense Intelligence Agency) que demuestra que desde mediados del año 2012 los servicios de inteligencia de Washington previeron el surgimiento de ISIS y su utilización contra el gobierno sirio de Bashar-al-Assad: “Para Occidente, los Estados del Golfo y Turquía que apoyan la oposición contra el gobierno sirio…existe la posibilidad de establecer un califato salafista (principality)… en el Oriente de Siria…Y, esto es exactamente lo que…quieren para aislarlo”.  Desde su inicio, ISIL no fue más que un strategic asset en la reordenación neofascista (“neoconservador”) de Medio Oriente y la Tercera Repartición Imperialista del Mundo. Es, para usar un parangón latinoamericano, el equivalente funcional de los 19 mil mercenarios que Reagan armó para destruir a la Revolución Sandinista, o los “paramilitares” de Uribe y Santos, para destruir a las FARC y el ELN. El “Estado Islámico” es un Estado vasallo de Washington en Eurasia, tal como lo son Honduras y Colombia en América Latina. 
3. Obama: el fascismo perfumado
Charles Chaplin en su genial sátira The Great Dictator (1940) y Michail Romm  en El Fascismo Cotidiano (Обыкновенный фашизм, 1965), hicieron pedazos la pérfida estética teatral de Hitler y Mussolini, mediante  la cual instrumentalizaron los sentimientos de la población para los criminales planes del Gran Capital. Son urgentes obras de este tipo sobre el fascismo perfumado del Premio Nobel de la Paz, Obama, que llora lágrimas de cocodrilo mediáticas ante las cámaras, mientras sus hordas fascistas masacran, violan y ejecutan  decenas de miles de hombres, mujeres y niños en Medio Oriente y destruyen las cunas de la civilización humana. O, cuando lleva el mundo al borde del holocausto nuclear a través de su golpe fascista en Ucrania o, cuando junto con sus sátrapas fariseos en Bruselas, Berlin, Washington y Paris, deploran cada violación de los derechos humanos —real, supuesta o fabricada— en Venezuela o Cuba.   
4. Colonialismo e imperialismo exterminador
La burguesía atlántica (Europa/Estados Unidos) en medio milenio, nunca ha tenido problema alguno para  exterminar a los pueblos y las civilizaciones que no se someten o sirven a sus intereses de explotación. Tanto Henry Kissinger como Zigbiniev Brzezinski, los dos más grandes estrategas del imperialismo y neofascismo burgués, reclaman públicamente y practican ese derecho socialdarwinista del más fuerte. Brzezinski ha reconocido, que la cristiana paloma presidencial de la paz, James Carter, firmó el 3 de Julio de 1979  —seis meses antes de la intervención soviética en Afganistán (¡!)—  una directiva secreta de apoyo a los islamistas opositores al gobierno pro-soviético de Kabul, con el fin de provocar una intervención militar directa de la URSS. Ésta cayó en la trampa y desde entonces, el uso geopolítico imperialista de grupos integristas islámicos le ha costado la vida a decenas de millones de personas en Eurasia y Medio Oriente. 
5. Ucrania: la trampa mortal de Afganistán
Los pasos tácticos del imperialismo a veces son difíciles de entender. Por ejemplo, la operación de Washington y Suiza contra la corrupción de la FIFA es el intento de destituir al Presidente de la FIFA, Sepp Blatter, por defender el otorgamiento de la Copa Mundial de soccer de junio, 2018, a Rusia. El objetivo es, quitarle a Rusia el campeonato mundial por “corrupción”, desprestigiar con esta pérdida a Putin y lograr su derrota electoral en marzo de 2018. En lo estratégico, sin embargo, el proyecto planetario del imperialismo es absolutamente claro. La agresión de la OTAN en Ucrania, por ejemplo, es una réplica de la trampa geoestratégica de Afganistán. El envío de armas y tropas de Obama a la frontera con Donbas y Luhansk y las provocaciones armadas de Kiev son  —como en su momento el envío de armas de Carter a los Talibanes—  el intento de provocar una intervención militar directa de Moscú en esas zonas, para aislar y desangrarla.
6. Geopolítica – no terrorismo islámico
Es obvio que la OTAN podría destruir a ISIL en cuatro semanas, si quisiera. Como es obvio y documentado,  que Washington sabía de la pretendida ofensiva de ISIL sobre Ramadi, que  la Fuerza Aérea estadounidense hubiera podido pulverizar en tres días. Pero, Obama no puede mandar bombardear a sus columnas de asesinos, hasta que no haya logrado la balcanización de Irak, Libanon y Siria; el sometimiento de Irán y la apropiación de la energía en el área. Brzezinski, el godfather (Il padrino) del integrismo-terrorista para fines geopolíticos del neofascismo estadounidense, se ríe cuando se habla de la “amenaza islamísta”. Las fuerzas islámicas no son peligro alguno para Occidente, debido a su fragmentación. En sus palabras:  “El Islam tiene 1.5 mil millones de seguidores en el mundo, pero que tienen en común el fundamentalismo de Arabia Saudita, el Marruecos moderado, el militarismo de  Pakistán, la posición pro-occidental de Egipto o el secularismo de Asia Central?”  La madre de todas las batallas, sostiene, tiene que librarse contra Rusia y China, porque son las únicas potencias que pueden hacer frente al imperialismo de Occidente. 
7. Guerra nuclear y terrorismo regional
La esencia de toda doctrina bélica nuclear gira en torno a la “second-strike capability”. El concepto se refiere a la capacidad de sobrevivir a un ataque nuclear sorpresa y lanzar un contra-golpe nuclear. Esta es la superioridad que Washington trata de obtener frente a Rusia. (China es una potencia nuclear secundaria). Su agresión militar en Ucrania tiene por fin emplazar misiles cruceros en la frontera ruso-ucraniana, que tendrían la capacidad de alcanzar y destruir las principales fuerzas balísticas de Rusia   —y su  “second-strike capability”—, que están detrás del Ural. Washington combina esta amenaza militar desde Occidente   con la agresión desde el frente sur, el Cáucaso, y desde el corredor estratégico de Asia Central, donde uno de los primeros dóminos en caer podría ser Turkmenistán. La ofensiva y subversión contra Rusia va paralela a  la agresión contra China, con el peligro de una guerra nuclear por el South China Sea, una intensificación  del terrorismo integrista en Xin Jiang, Mongolia Interior, Afganistán, Paquistán y los estados centroasiáticos; el fomento de conmoción social en Tibet y de la revolución de color en Hong Kong. Todavía este año veremos las manifestaciones de esa ofensiva global neofascista. 
8. ¿Cómo impedir la Guerra nuclear?
Todo indica que hay sólo dos estratagemas viables para impedir la Guerra nuclear del neofascismo: a) una alianza bélica sino-rusa y/o, b) la deconstrucción del complejo militar-industrial y del capital financiero estadounidense, que son los dos hegemones de su clase dominante y el principal peligro para la sobrevivencia de la humanidad. Las más recientes calculaciones del “National Power Index” (Index de Poder Nacional Relativo) del think tank independiente THE WARP GROUP, demuestran que Occidente controla alrededor del 66% del poder mundial actual. Por lo mismo, ni China, ni Rusia están en condiciones de resistir a ese Bloque de Poder Imperialista y Neofascista, por sí sólo. Una alianza de defensa común (entente cordiale), entre el poder económico de China y el poder militar de Rusia, en cambio, modificaría dramáticamente tal correlación de fuerzas.
En cuanto a la segunda estratagema, no se ve ninguna fuerza en Estados Unidos, capaz de neutralizar a los  hegemones de su clase dominante. Obama mantiene el discurso supremacista, de que Estados Unidos seguirá siendo “la única nación que es indispensable para el Siglo 21”  (the one indispensable nation ) y que Estados Unidos tiene que definir “las reglas de la economía global”, no China. Su Secretario de Guerra, A. Carter insiste en que “Estados Unidos seguirá siendo el principal poder de seguridad (principal security power) en  la región Asia-Pacifico por muchas décadas más”. Es decir, insiste exactamente en la posición que produjo la Segunda Guerra Mundial con Japón en el Pacífico. El Comandante Supremo de Washington en Europa,  Gen. Breedlove, uno de los principales instigadores neofascistas de la guerra en Ucrania, proclama que Rusia presenta un “largo y global desafío” (enduring and global) para Occidente.
No existe un General y Presidente Charles de Gaulle en Estados Unidos que puede conducir el proceso de transición de una potencia mundial única hacia un país que acepte ser parte de un sistema multi-polar, guiado por las reglas del derecho mundial. Sigue predominando la megalomanía del “excepcionalismo” estadounidense, que es el equivalente funcional a la “superioridad aria” de los Nazis;y la vocación nuclear-genocida de prolongar el “American Century”   —el Tausenjaehrige Reich de Hitler—  más allá de sus posibilidades reales. 
¡El destino de la humanidad depende de la sabiduría y madurez de los Presidentes rusos y chinos!

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