Um presidente que não se ajoelha, num Caribe turbulento
Texto: Consuelo Ahumada - Colômbia
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Bolivia: Oposiciones políticas y desafíos de Evo Morales
Eduardo Paz Rada
28.07.2010 – Luego de las transformaciones políticas y
sociales realizadas por el gobierno de Evo Morales Ayma con el apoyo
masivo, mayoritario y activo de los sectores populares de Bolivia que se
movilizaron por sus reivindicaciones desde el 2000, el mapa político ha
cambiado radicalmente en los últimos cinco años, generando una nueva
composición de las fuerzas políticas que pugnan por controlar las
instancias de decisión nacional y regional y los aparatos del Estado.
La nueva gestión del Presidente y su partido, el Movimiento al
Socialismo (MAS), iniciada en enero último (2010-2015), partió con la
gran ventaja de su triunfo electoral del 54 por ciento de votación que
le asigna el control mayoritario de la Asamblea Legislativa y sobretodo
con la definitiva derrota de los partidos y organizaciones conservadores
y neoliberales. Esta situación, sin embargo, ha provocado la emergencia
de nuevas fuerzas y formas de acción política dentro y fuera del esquema
oficial.
La presión a través de nuevas formas de acción política y social, la
falta de una estrategia nacional y los desaciertos y pérdida de control
del gobierno, junto a las demandas que proliferan de diversas regiones y
sectores, destacan como nuevos elementos en un panorama que comienza a
vislumbrar problemas de mayor intensidad provocados inclusive por
sectores cercanos al gobierno.
Las nuevas oposiciones
La oposición se manifiesta en dos grandes bloques:
El de los Gobernadores de Santa Cruz, Tarija y Beni, los Alcaldes de
seis de las nueve capitales y los diputados y senadores conservadores,
que representan a los sectores oligárquicos y tradicionales, con una
propuesta de enfrentamiento radical al gobierno y sus decisiones, al que
califica de totalitario, y la reivindicación de la democracia
representativa y la libertad económica, por una parte.
El de algunos movimientos sociales e indígenas, organizaciones
comunitarias, sindicatos, Federaciones vecinales, gremios diversos, ex
aliados como el Movimiento Sin Miedo (MSM) y disidentes del MAS y grupos
que demandan atención a sus reivindicaciones particulares y consideran
que el gobierno ya no los representa, por otra parte.
En esta perspectiva emergió, con Filemón Escobar (Ex dirigente minero y
ex Senador del MAS), Román Loayza (Ex Senador, Ex Ejecutivo de la
Confederación de Campesinos de Bolivia y Ex Jefe de Asambleístas del
MAS), Lino Villca (Ex Senador del MAS) y Felipe Quispe Huanca (Ex
Ejecutivo de la Confederación de Campesinos de Bolivia y Ex Diputado del
Movimiento Indio Pachacuti) a la cabeza, una nueva fuerza política de
oposición a Evo Morales “rescatando el proceso de transformación y a sus
lideres originales”.
Escobar, quien fue considerado mentor de Evo Morales, manifestó que la
nueva elite que rodea al Presidente está formada por ministros kharas
(blancos) encabezados por el Vicepresidente Alvaro Garcia Linera, los
que, según él, han distorsionado el proyecto de los movimientos sociales.
El proceso inconcluso
Desde el año 2000, las fuerzas populares de Bolivia se movilizaron en
contra de las políticas neoliberales y los partidos tradicionales y el
2003 se produjo el mayor levantamiento popular (la denominada “Guerra
del Gas”) que destruyó el sistema de partidos políticos, expulsó
violentamente al ex Presidente Gonzalo Sanchez de Lozada y permitió
proyectar el liderazgo de Evo Morales con un programa de nacionalización
de los hidrocarburos, Asamblea Constituyente y lucha contra la corrupción.
La nacionalización de los hidrocarburos, del 1 de mayo de 2006, se
convirtió en la readecuación de contratos con las transnacionales
petroleras, las que, encabezadas por PETROBRAS, orientan la política
petrolera del gobierno desde 2007. La renta del gas exportado ha
permitido al gobierno la aplicación de bonos y acciones de respaldo a
sectores vulnerables de la sociedad boliviana, quedando rezagados los
proyectos de industrialización y consumo masivo de energía barata.
A su vez, la Asamblea Constituyente permitió avanzar en la elaboración
de una Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, incluyendo
las Autonomías Departamentales, Regionales, Indígenas y Municipales, las
que han generado una expectativa desmedida en todo el territorio
nacional desbordando al propio gobierno. El reconocimiento a 36
ficticias naciones indígena originario campesinas, impulsado por
Organizaciones No Gubernamentales y Fundaciones europeas que asesoraron
a la Constituyente, no solamente ha ampliado estas expectativas, sino ha
generado el peligro de la desintegración nacional.
Antiimperialismo y capital transnacional
Esta tendencia produce un cortocircuito con los proyectos
integracionistas bolivarianos de la unidad de la Patria Grande, puesto
que en lugar de impulsar acercamiento y fortalecimiento común entre los
pueblos, tiende a potenciar las fuerzas disgregadoras que fragmenten el
territorio bajo la consigna de administrar “territorios libres”.
Evo Morales ha participado activamente en la Alternativa Bolivariana de
las Américas (ALBA) y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) con
fuertes discursos antiimperialistas, junto a Hugo Chavez, Rafael Correa
y Raúl Castro.
Las alianzas regionales latinoamericanas y sudamericanas y la defensa de
la hoja de coca, importante sector agrícola de Bolivia, frente a la
política intervencionista de Estados Unidos, han radicalizado las
posiciones del gobierno que, en la crisis separatista de 2008, determinó
una fuerte crisis diplomática y la expulsión del Embajador de
Washington, Philip Golberg, hasta ahora no aplacada. En los últimos
meses, frente a la Marcha de Indígenas de la Confederación Indígena del
Oriente Boliviano (CIDOB), las autoridades nacionales amenazaron a USAID
de Estados Unidos de expulsarla por apoyar ONGs que respaldan la marcha.
Sin embargo, los capitales financieros, bancarios y agroindustriales y
las transnacionales petroleras y mineras se han mantenido en Bolivia y
consiguen importantes ganancias explotando los recursos naturales,
exportándolos como materias primas, monopolizando la tierra y
controlando los ahorros y recursos económicos del país.
Los perfiles del gobierno
Varios interrogantes se han abierto sobre el contenido y la estrategia
del gobierno, sobre la caracterización del proceso y sobre las
prioridades y objetivos económicos, sociales y políticos, abriendo
algunos espacios de controversia, a pesar del silencio que muestra el
jefe de estado al respecto.
Las tendencias dentro y fuera del gobierno han generado un debate
ideológico en torno a las características del proceso, desde aquellas
que consideran que se mantiene el proyecto económico y político liberal,
hasta aquellas que fundamentan que se trata de uno de carácter
comunitario. Algunos proponen un ideal socialista del siglo XXI y otros
plantean el capitalismo del estado como fase previa de consolidación de
la unidad nacional.
Por otra parte, el nacionalismo, el populismo, el latinoamericanismo y
el indigenismo son los calificativos que se plantean para definir el
régimen de Evo Morales, quien combina su fuerte liderazgo con el apoyo
de determinados sectores sociales como los cocaleros, colonizadores,
campesinos, mujeres y juntas vecinales, aunque las decisiones mas
importantes son adoptadas en su gabinete y equipo mas estrecho de
colaboradores.
Otro debate se ha abierto entre los denominados industrialistas que
consideran imprescindible avanzar en la transformación productiva del
país, en base a la industrialización de los recursos naturales,
especialmente petroleros, mineros y forestales, y la integración
carretera de todas las regiones, y los conservacionistas, quienes
sostienen que se debe mantener una posición de defensa de las reservas
ecológicas bajo la administración de las autonomías indígenas. Esto ha
provocado una confrontación de ONGs y grupos internacionales que
cuestionan al gobierno, como ocurrió en Cochabamba en oportunidad de la
realización de la Cumbre Mundial de los Pueblos en Defensa de la Madre
Tierra.
Los desafios emergentes
En este panorama el gobierno tiene retos de alta importancia, en una
coyuntura en que se ha reducido el apoyo popular y las debilidades se
manifiestan con las concesiones al capital foráneo, el retraso de
proyectos de cohesión nacional y la ausencia de un proyecto histórico
integral.
A pesar de tener una base social de apoyo en los sectores indígenas y
campesinos, las políticas de desarrollo agrícola y de autosuficiencia y
soberanía alimentarias están ausentes, en medio de un freno a una
reforma agraria que afecte a los grandes terratenientes y redistribuya
la tierra. Por otra parte, los proyectos de industrialización de las
importantes reservas de gas, litio, hierro y otros minerales han quedado
retrasados, en tanto que transnacionales de esos rubros continúan
operando y negocian otros contratos, en el marco del tradicional modelo
de exportación de materias primas.
Los cambios y reformas en las estructuras sociales, jurídicas y
culturales son evidentes y de alta importancia, sin embargo, los
relacionados a la economía y a la subordinada inserción internacional
están ausentes y se convierten, paulatinamente, en el talón de Aquiles
de Evo Morales.
Anecdóticamente se sostiene que el modernísimo avión comprado por el
Presidente no cuenta con un piloto experto, lo mismo que ocurre con la
estrategia económica que no cuenta con un conductor eficiente.
Texto: Consuelo Ahumada - Colômbia
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