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Elecciones en México y América Latina

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Por Heinz Dieterich S. em 20 de maio de 2024

Elecciones en México y América Latina

 

1. La Quimera Electoral Latinoamericana

Tratar de comprender las “elecciones” latinoamericanas con conceptos liberales clásicos como “soberanía” o “autodeterminación” es una pérdida de tiempo: una tentativa quijotesca cabalística destinada al fracaso. Comparable, de facto, a querer predecir el futuro de la Patria Grande mediante las lecturas del café turco. Esto por dos razones.

1. En primer lugar, no existe ningún Estado soberano en América Latina. Elucubrar sobre realidades inexistentes (entelequias) como “elecciones soberanas” en América Latina es, en consecuencia, no más que una disociación cognitiva clínica del mundo objetivo. Dicho de otra manera: una psicopatología o teología escolástica pura.

2. En segundo lugar, el Liberalismo clásico del Siglo 19, que en su origen contenía algunos elementos positivos para el progreso de la humanidad, ha sufrido una metamorfosis degenerativa por el impacto del Capitalismo actual, que lo ha reducido al status de una caricatura ideológica y praxis reaccionaria que ya no justifica mantener la nomenclatura del pasado. Con rigor científico debe llamarse Liberal-Fascismo del Siglo 21.

 

2. La Mentira global de Soberanías y Elecciones Democráticas

Ninguna elección en América Latina hoy día es lo que según su concepto debería ser: una contienda equitativa entre fuerzas políticas legítimas al interior de Estados Soberanos. Es decir, conglomerados de máximo poder público determinados evolutivamente por la libre voluntad de sus ciudadanos.

Conceptualizar la política latinoamericana actual en términos del liberalismo clásico (soberanía, democracia), como hacen los mercaderes de la mainstream cultura y propaganda occidental, no es más que el Marketing de una mentira neocolonial global para perpetuar el control ideológico de las masas vía el perception management. C´est tous.

 

3. Sólo hay Tres Estados Soberanos en la Especie Humana

Entre los 193 Estados reconocidos por la ONU hay sólo tres que merecen el atributo “soberano”: Estados Unidos (en crisis existencial), Rusia y China. Adicionalmente existe una nación semi-soberana que se llama “India”. El resto de la diáspora es territorio neocolonial o tierra en disputa, debido a la férrea determinación de Occidente –y su centro de gravitación, la burguesía atlántica– de no ceder ni democratizar un ápice de su tiranía quinto centenaria, pese a los anhelos de autodeterminación y soberanía nacional de los pueblos y Estados.

Para la mayoría de la diáspora de la especie, el supuesto derecho a la autodeterminación que pregona la ideología liberal siempre ha sido una fraseología vacía. Una narrativa, cuya realidad sólo existe en la letra muerta de los solemnes pasquines y decálogos de sus políticos. En el Parque Jurásico administrado por el Gran Capital Contemporáneo es simplemente un meme nostálgico de un proyecto progresista y una clase histórica, que han fracasados estrepitosamente.

 

4. El Liberal-Fascismo Burgués del Siglo 21

 

Las ilusiones y racionalizaciones ideológicas y románticas, la destrucción sistemática de las conciencias y la falta de formación científica-ética de la especie le “permite” a muchos liberales y clase medianeros abstraerse de la dantesca realidad creada por el Liberal-Fascismo del Siglo 21. Pese, a que una breve mirada a la realidad de Palestina, Ucrania, etc., debería ser suficiente para sacudirlos de sus zonas de confort.

Crédito: Jehad Alshrafi

Los quemados, torcidos, desgarrados cuerpecitos de más de 12,000 niños palestinos (sic)en la arrasada superficie lunar de Gaza, brutalmente asesinados por el proxy-imperialismo sionista y sus padrinos en Washington; o los cientos de miles de niños palestinos demacrados por la hambruna que ha impuesto el régimen racista de Netanyahu; niños sin escuelas, refugios, agua, comida, electricidad o servicios médicos, todos destruidos por las bombas de Jerusalén, deberían ser capaces de transmitir la realidad objetiva de la mentira liberal global burguesa sobre la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.

Sin embargo, parece, que sólo a los estudiantes del Imperio gringo les queda suficiente sensibilidad para enfrentarse a los terroríficos hechos ejecutados diariamente a nivel global por los power elites (C. Wright Mills) en Washington y Jerusalén.

 

5. Ficción de Soberanía, Roll back hemisférico de China

En rigor, las elecciones actuales en América Latina, más allá de la Doctrina Monroe (1823) y del Corolario de Roosevelt (1904), no son ejercicios de soberanía popular, democrática y estatal, sino jugadas de dominación de la política exterior de Washington en el tablero de ajedrez mundial capitalista. Escenificaciones para el regime change y los Golpes de Estado del Siglo 21, llamados color revolutions.

Todo esto dentro de la lógica operativa del roll back hemisférico de China, ejecutada principalmente por los cuatro jinetes dureros del Apocalipsis hemisférico: el U.S. Southern Command, la CIA, el National Security Council y la cabeza de la hidra en la Casa Blanca.

6. Las Líneas rojas de la Transformación Neocolonial

 

De tal polígono de planeación imperial se derivan los límites de actuación transformadora y emancipadora para todos los sujetos sociopolíticos de la Patria Grande: sus grados de libertad. Analíticamente, la conclusión es clara: nada de lo que sucede hoy día en las elecciones latinoamericanas puede entenderse dentro del marco ideológico liberal-burgués.

En esencia: hablar de las “elecciones” latinoamericanas fuera del nuevo paradigma científico de la multidisciplinaria Unified Field Theory of Geopolítics, es hablar por hablar. Una simulación de intelección y transformación de la realidad. (Ver al respeto, Heinz Dieterich, Hu Angang et al, China y el Futuro de la Humanidad. Liderazgo, Ciencia y Geopolítica.2022)

 

7. Horizontes de Posibilidad del Progresismo Latinoamericano

Lo que los escenarios electorales del patio trasero “ofrecen” en cuanto a grados de libertad de los pueblos y países son, por decirlo con cierto dramatismo, resultados neocoloniales con integración a la OTAN (Milei) o sin asociación a esa organización criminal.

La disyuntiva estratégica para la América Latina neocolonizada –hasta que el emergente Sistema Pentracéntrico Global impulsado por los BRICS quiebre la tiranía de la pax americana– es entre un socialcristianismo democrático desarrollista moderado, aceptable para los intereses de la billionaire class (Senador Bernie Sanders) y del Pentagonismo monroeista de Washington, y practicado en los últimos seis años por Andrés Manuel López Obrador; o el terrorismo neoliberal-neofascista balcanizador de la OTAN, encarnado en el psicópata motosierrista austral Milei. La motosierra, notabene, es el símbolo de los descuartizadores escuadrones de la muerte colombianos (¡!).

Milei o Andrés Manuel López Obrador; Noboa o Petro; Bolsonaro o Lula, marcan los límites de la transformación operativa posible para los gobiernos latinoamericanos que arriban a los palacios nacionales vía elecciones burguesas. Son las líneas rojas hemisféricas que la Pax Americana ha impuesto a su patio trasero.

 

8. ¿Puede multiplicarse el Modelo de AMLO en América Latina?

El modelo democrático de sobrevivencia y desarrollo construido durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador –semi-aceptable para el neocolonialismo monroeista– no puede “exportarse” a otros países latinoamericanos, porque tanto las condiciones objetivas de México como la condición de calidad de líder mundial del presidente, no existen en ningún otro país. No hay otro dirigente latinoamericano con la inteligencia táctica, visión estratégica, autoridad moral, carisma y capacidad comunicativa, como López Obrador.

No es “exportable” su modelo y ni siquiera es seguro que se logre defenderlo en México en el futuro cercano. Sin embargo, aún sin copiar su modelo, hay que aprender dialécticamente de su extraordinario triunfo, que se basó en respetar siempre a dos leyes supremas de la política y de la transformación social progresista.

La primera ley se refiere a la profunda sabiduría de un aforismo del príncipe prusiano Bismarck que reza: “La política es el arte de lo posible, no de lo deseable.”

La segunda ley fue expresada por el colombiano Gabriel García Márquez cuando analizó la causa principal del trágico fracaso del proyecto de transformación de Salvador Allende: Que un país no puede cambiarse desde el gobierno, sino sólo desde el poder.

Quién no entienda estas supremas doctrinas de la política –como en la Argentina de Milei y el Ecuador de Noboa– terminará víctima de las motosierras de los verdugos del sistema.

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