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Ucrania: Derrota Imperialista, peor que en Corea y Vietnam

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Por Heinz Dieterich S. em 16 de março de 2023

Ucrania: Derrota Imperialista, peor que en Corea y Vietnam


Cinco Fases y el Futuro de la Tercera Guerra Mundial en Marcha


1. Peor derrota que en Corea y Vietnam. Nace la Ecúmene Pentacéntrica.

El estrepitoso fracaso militar de Washington y su apéndice bélico OTAN en su proxy war de agresión a Rusia en Ucrania, es la más desastrosa derrota bélica que el Imperialismo Atlántico –Estados Unidos plus Unión Europea– ha sufrido desde 1945. Es una derrota más catastrófica para el hegemón global que su capitulación en las Guerras de Corea y Vietnam. Por la simple razón, que ambas derrotas en Asia no cambiaron el macro-equilibrio de poder a nivel mundial entre el bloque imperialista y el bloque socialista, ni la supremacía de Estados Unidos en el Occidente Colectivo.

La derrota en Ucrania, en cambio, expresa el irrevocable colapso del American Century y de la pax americana global, instalada por Washington en la era post-1945, y su sustitución por el nuevo sistema ecuménico pentacéntrico coadministrado por China, Rusia, India, Estados Unidos y la Unión Europea.

2. Evolución (propensión) sistémica de la Ecúmene Pentacéntrica.

Ese sistema pentacéntrico se caracteriza por equilibrios dinámicos de poder estratégico que varían según las alianzas fluctuantes; las cuales, a su vez, son determinadas por tres atractores fundamentales de la sociedad global contemporánea.

1. La producción, apropiación y distribución del plus producto mundial (Globaler Mehrwert).

2. La acumulación de poder geoestratégico en sus cuatro formas básicas –económica, cultural, política y militar– como medio decisivo para prevalecer en esa carrera arquetípica de la biósfera entre depredadores, competidores y presas.

3. La propensión bélica de la estructura sistémica capitalista en su fase superior de Imperialismo y Fascismo del Siglo 21. En otras palabras, la relación entre “system structure and war propensity” de las naciones con economía crematística de mercado.

Durante la próxima década, el nuevo sistema tendrá una fuerte propensión antagónica-binaria con alto peligro de confrontación nuclear entre el Bloque Imperialista del Occidente Colectivo (BIOC), encabezado por Washington, y el Bloque de las Soberanías Estratégicas Nacionales (BSEN), encabezado por China y Rusia, con India en una actitud y posición oportunista-atentista y la Unión Europea como Estado vasallo del imperialismo anglo-americano.

3. Tsunami de fake news para encubrir Derrota Catastrófica

Ante la desastrosa derrota bélica de Washington y sus vasallos de la OTAN –que señaliza un cambio de fase (phase change) en la estructura de organización de la humanidad entera (sic)– el Imperialismo Atlántico ha abierto las compuertas de sus cloacas de propaganda, tratando desesperadamente de escamotear su ruina y debilidad ante la opinión pública mundial.

El meme principal de la propaganda racista y rusofóbica que recorre el mundo, se deriva del admirado Fuehrer de los neonazis en Kiev, Adolf Hitler y su partido del “National Sozialismus” alemán (NSDAP): “los Rusos” son Untermenschen, seres inferiores, gente primitiva e incivilizada, guiada por un autócrata dictador (Zar); un ejército dirigido por generales incapaces, que sacrifican a los jóvenes soldados como “carne de cañón” en sus guerras de agresión en un imperio protegido por la inmensidad de las estepas y la inclemencia de su clima. Todo esto se manifiesta, según la cloaca propagandística del Occidente colectivo, en la táctica de “atacar con olas humanas” de infantería las posiciones fortificadas ucranianas, repitiendo presuntas tácticas salvajes suicidas del Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial, que habrían resultado en terribles pérdidas humanas y de equipo militar, en Ucrania.

4. La Cloaca Propagandística Occidental

Entre estos sicofantes de la criminal guerra de agresión de los Neocons estadounidenses y europeos (atlánticos) se encuentran, entre otros, el escritorzuelo germánico Andreas Kluth, columnista de opinión de Bloomberg News Service, el exmilitar ruso Ígor V. Guirkin (Ígor Ivánovich Strelkov), quién cuenta con zero respeto en las Fuerzas Armadas rusas, y el criminal de guerra Jens Stoltenberg, un quisling noruego impuesto por el Pentágono en el cargo de Secretario general de la OTAN.

Representativo de esta propaganda negra es un reciente artículo de Kluth en Bloomberg, retomado por el Washington Post, intitulado: Russia’s ‘Human Wave Attacks’ Are Another Step Into Hell using young men as cannon fodder…That’s Putin for you — Los “ataques con olas humanas (contra posiciones fortificadas ucranianas, H.D,) son otro paso hacia el infierno, usando jóvenes soldados como carne de cañón…Esto es Putin…”.

En su panfleto Kluth afirma, entre otras, las siguientes fake news: “As the war approaches its first anniversary, increasing numbers of Russians in Ukraine — both regular soldiers and Wagner mercenaries — are being treated by their superiors as “cannon fodder… Barely trained and often badly armed, they’re ordered to throw themselves at the more hardened Ukrainian defenders, in a cynical tactic based on overwhelming the enemy with sheer numbers”.

El quisling Stoltenberg no tiene ambages en repetir esa estúpida mentira, proclamando que Rusia intenta compensar su mal equipo y logística, con la estrategia de “lanzar solo oleadas de personas a las líneas defensivas”. No más que un simple Déjà Vu de las temerosas afirmaciones sensacionalistas del bloguista Strelkov.

5. Realidad bélica vs. propaganda fascista de la OTAN

La realidad en el campo de batalla es exactamente lo contrario de lo que el escritorzuelo alemán, carente tanto de conocimientos militares elementales como de ética profesional, proclama. Quien sacrifica por cientos de miles a jóvenes ucranianos en una Guerra imperialista de Agresión perdida a priori, son Biden y su pelele neonazi Zelensky en Kiev. Basta referenciar solo dos parámetros bélicos del conflicto en cuestión, para refutar las mentiras de Kluth, Stoltenberg y Cia: las bajas humanas “irrecuperables” y el equipo militar avanzado destruido.

4.1 Las tasas de mortalidad de ambos ejércitos durante los 365 días del conflicto, es decir, el número de pérdidas humanas de los combatientes de ambos lados, revelan con absoluta claridad las diferencias en las estrategias empleadas por ambas fuerzas militares. Según datos confidenciales y confiables del Ejército Ruso, las bajas irrecuperables en el personal militar de las Fuerzas Armadas rusas llegan a unos 25,000. ¡En cambio, las bajas irrecuperables de las Fuerzas Armadas ucranianas, incluidos los mercenarios de la OTAN e internacionales, alcanzan alrededor de 300,000! Por lo tanto, las tasas diferenciales de mortalidad entre ambas fuerzas se encuentran en una relación numérica del 1 a 12. En comparación histórica: Las bajas ucranianas en un año del conflicto son iguales a todas las bajas sufridas por Estados Unidos en casi cuatro años de beligerancia en todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial (sic).

4.2 La destrucción de equipo bélico avanzado (hardware) es otro parámetro preciso para validar las afirmaciones otanistas – o, mejor dicho, onanistas– de las plumas pagadas del Imperio.
En lo que va del año, las fuerzas rusas han destruido 8,201 vehículos blindados de combate (armored combat vehicles), entre ellos, más de 2,500 tanques (¡!). Los modernos tanques de combate, por supuesto, no se destruyen por heroicos Rambos de infantería en solitarios pozos de tirador con bazookas, como hizo creer la propaganda neonazi de los agresores en la primera fase de la guerra, sino primordialmente por los propios tanques de combate, la artillería y misiles, y los aviones y helicópteros de ataque. Es decir, por alta tecnología del hardware propio.

Y lo mismo es válido para la destrucción de los medios aéreos de combate ucranianos, de los cuales en apenas un año se han derribado 399 aviones de combate, 218 helicópteros y 3,210 drones. ¿Todo esto se logra con oficiales incapaces y olas humanas de infantería “barely trained and often badly armed”?

6. Desesperación de Propagandistas fascistas del Siglo 21

¿Qué tan desesperado ha de estar el multimillonario capitalista Michael Bloomberg, exaspirante presidencial del liberal-fascist Partido Demócrata, y parte importante del complejo militar-industrial-mediático imperialista al lado del incansable mega especulador y promotor de las Contra-Revoluciones de Color a nivel mundial, George Soros, por haber contratado a un diletante como Kluth? ¿Y, cuánto le habrá pagado a ese analfabeta militar, quién ni siquiera es capaz de blindar sus descaradas mentiras con alguna apología medianamente convincente?

7. La Evolución de la Guerra en Cinco Fases

La evolución del conflicto bélico en Ucrania durante los primeros 365 días de operaciones bélicas muestra cinco fases claramente distinguibles:

Fase 1. Operación militar especial para negociar: la Guerra primordialmente simbólica.
Fase 2. Washington: Guerra Total terciaria de Agresión: Operación Barbarrója 2.0.
Fase 3. Rusia: Defensa estratégica, preparación de la guerra de sobrevivencia.
Fase 4. Combined Arms Warfare de la Guerra del Siglo 21. Contraataque estratégico.
Fase 5. ¿Guerra Nuclear?

8. Operación política-simbólica con recursos militares. Fase 1.

El objetivo de guerra de la Operación militar especial consistía en lograr una solución negociada post-conflicto con Washington y sus vasallos. Se trataba de una operación predominantemente política-simbólica o, en palabras de Carl von Clausewitz: “La continuación de la política con otros medios”. Habiéndose empeñado insistentemente desde su discurso histórico del 10 de febrero de 2007 ante la Conferencia de Seguridad de Muenchen, y, después del inicio del golpe de Estado del Euromaidán de noviembre, 2013, en resolver pacíficamente el problema del Donbass, el presidente Vladimir Putin llegó finalmente a la conclusión que una demostración de poderío militar era necesario, para que Washington se sentara a negociar seriamente y parara la gran ofensiva de agresión contra el Donbass y Crimea, planeada para febrero del 2022.

La evidencia militar operativa rusa al respecto es concluyentemente indicativa. Las instrucciones de guerra de Moscú prohibían la destrucción de la infraestructura ucraniana; renunciaron al regime change en Kiev y a la liquidación física del criminal de guerra neonazi Zelensky mediante un ataque misilístico de precisión; la ocupación del país fue explícitamente excluida de los tres objetivos de guerra: la desnazificación, la desmilitarización y la neutralidad de Ucrania; la población civil ucraniana tenía que ser protegida y el derecho internacional de guerra respetado; last but not least, la supuesta conquista de Kiev nunca fue contemplada como un objetivo táctico primordial de la operación, sino simplemente como un señuelo, una maniobra de distracción del enemigo sobre la direccionalidad real de la guerra.

El despliegue de muy escasos efectivos rusos y de pocos sistemas bélicos avanzados (hardware), al igual que los limitados objetivos de guerra (war aims) externados públicamente por el presidente ruso al inicio del conflicto, son la evidencia forense irrefutable del carácter preeminente simbólico-negociador de la legítima operación militar especial defensiva-preventiva en Ucrania.

9. Washington malinterpreta la acción militar simbólica como debilidad. Activa el Plan Barbarossa de la OTAN. Fase 2.

Al cometer el error de malinterpretar la operación militar-diplomática preeminente simbólica de Putin como una señal de debilidad, el Imperialismo Atlántico (Estados Unidos plus Unión Europea) cambió el carácter de la guerra. Los descerebrados planificadores y políticos imperiales neocon, que dominan en Washington, pensaron que había llegado la hora y la oportunidad para terminar la obra anticomunista, que Der Fuehrer había comenzado, pero que no pudo cumplir, pese a matar a 30 millones de seres humanos en Rusia. También se envalentonaron por el hecho, de que el ejército ucraniano contaba en febrero del 2022 con más del doble de efectivos militares de Rusia, porque Moscú se había confiado en que un pequeño ejército profesional de unos 200,000 tropas de combate era suficiente para defender al país.

Los belicistas neocon decidieron entonces repetir la Operación Barbarrója (Unternehmen Barbarossa) de Hitler en una versión 2.0, desatando una guerra total mediante el proxy war, la destrucción económica, el caos y la bancarrota financiera, vía la cruel ruptura de supply lines, redes financieras, confiscación de assets, aislamiento político y una campaña fascista de propaganda negra en todo el planeta.

En lo militar, procedieron a la participación e intervención bélica abierta de la OTAN mediante el suministro permanente de inteligencia táctica y estratégica; la dirección operativa, en detalle, de los ataques con cohetes estadunidenses HIMARS contra la población e infraestructura civil de los territorios liberados; el abastecimiento globalmente organizado de armamento avanzado, neonazis, mercenarios y fuerzas militares especiales; una contraofensiva masiva en Kharkov y Donbass, al estilo de la Batalla de las Ardenas (1944) de Hitler; operaciones de terrorismo internacional como asesinatos políticos en Rusia, el ataque al puente de Crimea, el atentado contra Nordstream 2, el letal ataque al buque insignia de la Flota Rusa del Mar Negro, etcétera.
Con estas decisiones, la guerra entró en su segunda fase que con la nomenklatura de los nazis puede llamarse der totale Krieg.

10. Rusia pasa a la Defensa estratégica y prepara la Gran Guerra Patriótica de Sobrevivencia. Fase 3.

Confrontado con la Operación hitleriana Barbarossa II del Occidente colectivo, Rusia se vio obligada –so pena de ser destruida– a modificar cualitativamente el carácter de su limitada operación militar especial. La vanguardia política y militar del país, adaptándose correctamente al nuevo entorno binario-antagónico, resolvió pasar de la acción bélica simbólica-diplomática a la defensa estratégica y la movilización para la Gran Guerra Patriótica de Sobrevivencia.

En lo militar se realizó una conscripción selectiva de 300 mil personas con experiencia militar, plus la aceptación de voluntarios internacionales. Se activó y desplegó una parte más grande de equipos militares avanzados (hardware). Se potenció la industria armamentista para sostener una economía de guerra. Se unificó el mando militar y se reorganizó las tácticas operativas bajo el mando del brillante general de la Fuerza Aérea Sergey Sorikin, quién había derrotado en Siria el proyecto imperialista del Califato Islámico instrumentado por Washington y Arabia Saudita, mediante el proxy war de su quinta columna fundamentalista-terrorista-wahabita Daesh. Actualmente se está organizando también milicias en regiones liberadas.

Finalmente, se implementó la lógica de la Guerra de Fuerzas Armadas combinadas, Combined Arms Warfare –tanques, artillería, cohetes, infantería, fuerza aérea-espacial, guerra electrónica, guerra sicológica– bajo el mando supremo del genio militar General Valerie Gerasimov, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia. Gerasimov logró adaptar en poco tiempo esa forma de guerra industrializada, desarrollada originalmente durante la Primera Guerra Mundial, a las condiciones del mundo cibernético-digital del Siglo 21 y del teatro de operaciones en Ucrania, en todos los aspectos: logístico, operativo, táctico y estratégico.
Desde entonces, la humanidad se encuentra en un tipo de guerra nunca visto anteriormente, ni en Irak, ni en Afganistán, causado por el proxy war de agresión imperialista hitleriana contra Rusia. Este novel tipo de guerra sui generis, del cual ninguna Fuerza Armada a nivel mundial tenía experiencia práctica,
puede considerarse legítimamente como la Tercera Guerra Mundial o, al menos, el prolegómeno de la Tercera Guerra Mundial de Combined Arms Warfare.

11. La Derrota del Imperialismo Atlántico (OTAN) y sus causas: Ignorancia, Hybris y Deep State dominación del disfuncional sistema capitalista. Fase 4.1.

Las causas de la derrota de Washington y sus peleles de la OTAN pueden resumirse en tres categorías: ignorancia, hybris y necesidades funcionales reproductivas político-económicas de todo sistema capitalista en su estado superior de imperialismo: el deep state, compuesto según el expresidente Donald Trump por el State Department, el Pentágono y el Complejo de Seguridad nacional-Industrial-Militar.

En cuanto a la hybris chovinista y la ignorancia de la clase política estadunidense, la composición del Congreso en términos de religiosos vs. científicos nos proporciona una pista para explicar su diletantismo y arrogancia en asuntos de gerencia geopolítica del sistema global. Mientras los fundadores del sistema gringo, los founding fathers, eran, en gran parte, representantes de la Ilustración europea, los 531 miembros del actual Congreso se autodefinen en un 96.6% como creyentes de alguna fe, entre ellos el 88.1% como cristianos (Pew Research Center) (¡!). Se trata, de hecho, de una teocracia nuclear en pleno Siglo 21, administrada por ignorantes pre-científicos por mandato y en beneficio del gran capital imperialista. Tuvo toda la razón el brillante científico estadunidense Carl Sagan, cuando escribió que “The last scientifically literate president may have been Thomas Jefferson.” Notabene: Jefferson fue presidente hace dos siglos: ¡De 1801 a 1809!

Las consecuencias de este tipo de “liderazgo” se manifestaron no sólo en las guerras de Corea, Vietnam y Afganistán, sino también en la conflagración actual en Ucrania. Toda persona medianamente informada sabía, que bajo el liderazgo del presidente Putin y, al menos, desde hace un lustro, Rusia ya había desarrollada la tecnología militar más poderosa de la tierra, con misiles hipersónicos, sofisticados sistemas de defensa aérea, drones submarinos nucleares, etc. Por lo tanto, toda agresión bélica contra Rusia estaba, a priori, condenada al fracaso.

Sin embargo, dentro de la burbuja del sistema psicótico-delusional de Estados Unidos, que se identifica en el newspeak occidental como “opinión pública”, las élites del poder se creen sus propios mitos supremacistas y chovinistas sobre sus invencibles fuerzas armadas, el excepcionalísmo gringo y la imprescindibilidad de God´s own country en la conducción de la sociedad global. Toda esta propaganda constituye, por supuesto, un metaverso de software de pura paja ideológica y delirio. Un cosmos ideológico de woke nonsense, del cual son parte integro los recurrentes episodios psicóticos de Rusofóbia y Sinofóbia.

En palabras del candidato del Partido Demócrata a gobernador de Kentucky, Geoffrey Young: “Our leaders are intellectually bankrupt. They don’t know what they can accomplish and what they can not accomplish. Fundamentally they’re stupid, and they don’t have any other ideas (RT, 4.3.2023).” De hecho, su estupidez y disociación patológica de la realidad es tan grande, que atacaron a un tigre que pensaban que era un “tigre de papel”.

¡Ahora están descubriendo, que el tigre es real, que tiene dientes nucleares y que los está despedazando!

12. Washington repite los Errores estratégicos de Corea y Vietnam

La batalla del Lago Chang Jin 长津湖, que derrotó al Imperialismo occidental.

Con la agresión hitleriana contra Rusia en Ucrania, Washington repite el mismo error que había cometido en Corea, pensando que podía liquidar fácilmente a un pequeño país asiático destruido por años de guerra contra el imperialismo japonés. El arrogante Imperio ignoraba que Kim Il-sung había consultado a Mao sobre el eventual apoyo de China en caso de una guerra de liberación nacional (1950).

Mao, antes de responder a la solicitud del líder coreano, conferenció con Stalin sobre la posible ayuda de la URSS en caso de un conflicto bélico en la península. Stalin, recién derrotado por Washington en el llamado “bloqueo de Berlín” (1948/49), abrazó la idea de abrir un segundo frente contra el imperialismo en Asia y le aseguró a Mao, que contaba con el apoyo de Moscú. Sobre esta alianza antiimperialista, el primer ministro chino Zhou Enlai advirtió el 1 de octubre de 1950 a los belicistas en Washington, de que, si las tropas gringas cruzaban el paralelo 38, China intervendría en la guerra.
Sin embargo, Washington en su habitual hybris, y confiando en su superior tecnología bélica, particularmente, su fuerza aérea, no hizo caso a la advertencia. Sucedió entonces, lo inevitable. Cuando las tropas imperialistas cruzaron la línea roja trazada por Mao, el Ejército Popular de Liberación de China intervino con fuerzas terrestres en la guerra y, apoyado por altos oficiales soviéticos y aviones de combate con pilotos rusos, derrotó a las fuerzas intervencionistas.

13. La Derrota de Washington en Vietnam

El imperialismo occidental repitió su grave error de cálculo bélico en el caso de Vietnam. Habiendo logrado destruir todos los Movimientos de Liberación Nacional de post-guerra en Europa (Grecia, Italia) y Asia (Malaya), Washington confiaba en que su ejército podía derrotar fácilmente al Viet Minh en el Sur de Vietnam. Y que, si Vietnam del Norte osara entrar en la guerra, le sucedería lo mismo.

Sin embargo, la agresión neocolonial nuevamente no fue contra un pequeño país asiático aislado con un movimiento guerrillero rural, sino que enfrentó a un heroico pueblo liderado por una vanguardia de clase mundial con un proyecto histórico, apoyado por todo el Bloque de Poder Socialista del planeta. Ante esta configuración de poder era inevitable la derrota del Occidente colectivo imperialista.

14. La “Lección de Vietnam” y la Guerra en Ucrania

La “lección” de la derrota estadunidense en Vietnam para la clase dominante imperialista, fue formulada con brutal claridad por el expresidente Richard M. Nixon, uno de los principales criminales de esta guerra de agresión. Diez años después del fin de la guerra, que sacrificó a más de 6 millones de vidas en Indochina en el altar de los intereses imperiales de la pax americana,
Nixon anotó en 1985 en su libro “No more Vietnams” la siguiente moraleja de la derrota.

“No More Vietnams,” no significa que Estados Unidos no debería intervenir nunca en guerras limitadas en lugares lejanos, pero que el poder estadunidense debería ser usado de manera sabia, prudente y eficaz en defensa de los intereses nacionales de los Estados Unidos.” No more Vietnams does not mean “that the U.S. should never engage in limited wars in far-away places, but that American power should be used wisely, prudently, and effectively in defense of U.S. national interests…In Vietnam, we tried and failed in a just cause. ‘No more Vietnams’ can mean that we will not try again. It should mean that we will not fail again.”

15. Rusia y China: el Imperialismo sólo entiende el lenguaje del poder

La descerebrada conclusión que Nixon infiere de la derrota en Vietnam y sus catastróficas consecuencias se manifiestan de nuevo en la guerra de agresión contra Rusia, que es el inicio del fin de la OTAN y la Goetterdaemmerung definitiva (ocaso) del Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense, Project for the New American Century (NPAC), de los neocons estadounidenses.

La hybris imperialista, de la cual son parte esencial la subestimación racista y el desconocimiento chovinista, tanto de la cultura rusa como de la china, son claves para comprender la guerra de agresión estadunidense condenada a priori a la derrota. Rusia tiene una larga tradición militar, caracterizada por una población heroica, patriótica y generales de categoría mundial. En la percepción racista y propaganda rusofóbica del Occidente colectivo, esos tres vectores fundamentales de sus éxitos militares son reducidos al efecto del enorme espacio territorial del país y su “General Invierno” (clima).
Sin embargo, todo análisis serio respectivo revela que, por ejemplo, la derrota del genio militar Napoleón y sus fuerzas invasoras en Rusia se debe a los tres vectores mencionados.
Por supuesto, es imposible recordar en el sistema totalitario de perception management de Occidente la historia del príncipe Aleksandr Yaroslávich Nevski, o el hecho, de que el gran estratega militar prusiano, Carl von Clausewitz, admirado con razón por Lenin, combatió en el ejército ruso contra Napoleón.

Y lo mismo es válido para la conducción bélica soviética durante la Segunda Guerra Mundial por el mariscal Gueorgui Konstantínovich Zhúkov, un auténtico líder militar de vanguardia, quién había aprendido el arte de la Guerra de Armas Combinadas del Siglo 20, al mismo tiempo que los estrategas del Blitzkrieg de Hitler. Un arte bélico, que aplicó en casi todas las batallas decisivas de la guerra: Moscú, Leningrado, Stalingrado, Kursk; la liberación de Bielorrusia, las repúblicas bálticas, Polonia y la batalla de Berlín.

16. Hybris sinofóbica del Imperialismo gringo

La misma subestimación racista e ignorancia cultural-política se manifiesta en la agresión contra China. El cártel de los neocons imperialistas que domina el establishment de Washington, no se ha dado cuenta que bajo el liderazgo de Xi Jinping y del Partido Comunista de China (PCCh), el Reino del Medio ha dejado atrás la fase de debilidad estructural de China ante el Imperialismo, que se había manifestado en la cautelosa doctrina de política exterior de coexistencia con el Occidente colectivo, formulada por Deng Xiaoping como taoguang yanghui: “hide one’s talent and bide one’s time”. Y, que, en consecuencia, un nuevo equilibrio estratégico mundial se había configurado con los dos demiurgos fundamentales del emergente sistema mundial pentacéntrico: China y Rusia.

La percepción sinofóbica, anticomunista y patológicamente idiota de esa mafia neocon de políticos intelectualmente en bancarrota generaba la fatal delusión, de que Washington podía reproducir el cisma histórico entre la Rusia soviética y la China maoísta y que, aislado de esta manera, Rusia podía ser destruida. Xi, con gran habilidad geoestratégica, mantuvo durante sus primeros años a la cabeza del Partido y del Estado el discurso diplomático de Deng, caracterizado por la cautela y debilidad de la fase post-maoísta. Sin embargo, se trataba simplemente de una estratagema para ganar tiempo en un proceso de acumulación de fuerzas militares y económicas, que era necesaria para que Beijing pudiera asumir su legítimo papel de superpotencia soberana en el sistema mundial, llegado el momento histórico.

Sólo una degenerada clase política, como la que Young describe como US’ intellectually bankrupt” politicians, podía no darse cuenta del salto cualitativo que ocurrió en el PCCh con la asunción al liderazgo nacional de Xi Jinping, cuya profunda comprensión dialéctica-materialista de la realidad y la firmeza política revolucionaria socialista no iba a repetir el error histórico mencionado, rompiendo la alianza estratégica con Rusia. Porque este más importante pensador revolucionario marxista contemporáneo sabía, por supuesto, que la alianza con Rusia era y es la conditio sine qua non de la soberanía estratégica del Reino del Medio (zhongguo) y la precondición de su exitosa evolución futura hacia una sociedad socialista con características chinas: es decir, el Socialismo del Siglo 21.

Con la reelección de Xi a un tercer mandato presidencial, el 10 de marzo, 2023, y a cinco meses de ser apoyado unánimemente en su proyecto histórico nacional y global por el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en octubre de 2022, la fuerza de liderazgo del presidente, la autoconfianza en el poder y status de superpotencia alcanzado en el sistema global, y la alianza con Rusia son más firmes que nunca. La más reciente advertencia de China a Estados Unidos, de que debe parar su política agresiva de “containment”, so pena de “exponerse a una catástrofe”, es un Déjà Vu de la advertencia de Mao a Washington en la Guerra de Corea y una manifestación de la inquebrantable alianza estratégica con Rusia.

En resumen: cuando el PCCh no claudicó ante los chantajes de Washington; cuando India, bajo la presidencia de Modi; y cuando América Latina, África y países claves de Medio Oriente y Asia Central se negaron a secundar la criminal y suicida agresión del Imperialismo Atlántico contra Rusia, el destino del proyecto neonazi Hitler 2.0 estaba sellado.

17. Liderazgo Vanguardista de Putin y su Equipo estelar

No cabe duda, que el presidente Putin, junto con Xi Jinping y Narendra Modi, son los estrategas más brillantes de la sociedad global, lo que, junto con el poder objetivo de sus entidades nacionales los ha convertido en los atractores decisivos del Global South y de la nueva Ecúmene policéntrica.
La excelencia del liderazgo de Putin no sólo se manifestó en una estrategia bélica dinámica, creativamente adaptativa y sumamente exitosa, sino también en un sobresaliente programa de control de la emergencia en lo económico, político, diplomático y mediático, desarrollado e implementado por un equipo de extraordinaria eficacia de liderazgo nacional: con personalidades como Medvedev, Lavrov, Shoigu y mujeres profesionales de sobresaliente categoría global. Entre esas lideresas rusas, que son parte inseparable del triunfo sobre Washington, es justo mencionar a la arquitecta del rescate económico, Elvira Nabiullina, presidenta del Banco Central; Maria Vladímirovna Zajárova, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores y la directora de Russia Today, Margarita Simónovna Simonián.

Esta característica de alta calidad de liderazgo y el papel de mujeres revolucionarias en la victoria de Rusia sobre el Imperialismo Atlántico, constituye una marcada diferencia con las liberal fascist democracias occidentales, donde auténticas analfabetas incultas y reaccionarias woke llegan a altas posiciones de poder, poniendo en peligro la paz de los pueblos y la paz mundial: como Tusk en Gran Bretaña, Baerbock y Strack Zimmermann en Alemania, von der Leyen en Bruselas, Marin en Oslo, Andersson en Suecia, Sandu en Moldovia, Kallas en Estonia, Boluarte en Perú, Kamela Harris en Washington, etc.

Dicho equipo de vanguardia de la clase política rusa bajo el liderazgo de Putin logró rápidamente re-diversificar las cadenas de suministro y exportaciones, resolver el problema de la sustitución de importaciones, el control de la fuga de capitales, la estabilidad monetaria (inflación), el incremento de las reservas internacionales, etcétera. Junto con la magistral diplomacia de Lavrov y la brillante defensa mediática global de Maria Zajárova y Margarita Simonián, triunfó el proceso interno de potenciación militar rusa y el proceso global de debilitamiento del criminal cártel imperialista de los neocons en Estados Unidos y Europa.

18. Combined Arms Warfare de la Guerra del Siglo 21. Contraataque estratégico. Fase 4.2.

Al entender el liderazgo ruso el carácter real de la guerra, que de facto se trataba del Unternehmen Barbarossa 2.0, es decir, de la guerra de destrucción nacional de Hitler en pos de la eliminación de Rusia. Y, que el imperialismo no tenía ninguna intención real de negociar la paz, como había demostrado fehacientemente en sus false flag operations (engaños y sabotajes) de los Acuerdos de Minsk e Estambul, el presidente Putin comenzó a movilizar el potencial militar de Rusia en serio para enfrentar la embestida internacional del Occidente Criminal Colectivo (OCC).

De esta manera comenzó la cuarta fase del conflicto, caracterizada por nuevas modalidades, objetivos y peligros globales de la conflagración.

Analizando el sistema bélico ofensivo-defensivo implementado por el imperialismo neocon en Ucrania desde el coup d´etat de 2014 (Euromaidán, “color revolution”), el Estado Mayor ruso y la Presidencia decidieron no copiar la estrategia y las tácticas fulminantes de la Segunda Guerra Mundial, que los generales de Hitler (Blitzkrieg) habían aplicado en grandes operaciones de caldera (Kesselschlacht) y rápidas conquistas territoriales, sino una guerra de atrición (war of attrition) para destruir físicamente a las fuerzas armadas ucranias e invasoras de la OTAN. Es decir, aprovechando la superioridad tecnológica de Rusia, particularmente en las capacidades de reconocimiento y destrucción aéro-espaciales, el complejo artillería-misilístico, los tanques de combate, los sistemas de defensa aérea, la inteligencia militar y guerra electrónica.

El objetivo supremo era reducir al máximo posible las pérdidas de material y tropas propias, así como evitar daños a la población civil ucraniana. De la misma manera, se mantuvo la exclusión de Kiev como blanco táctico primordial o de ocupación militar; la prohibición de un ataque directo a los países o las instalaciones logísticas de apoyo de la OTAN fuera de Ucrania; el no-uso preventivo de armas nucleares y la no-eliminación del comediante neonazi en Kiev. También se decidió no recurrir a una movilización general o una declaración formal de guerra contra Kiev.

Sin embargo, se anuló la intocabilidad del hinterland (retaguardia) ucraniano, que favorecía la logística de suministros de la OTAN a Kiev vía Polonia, Rumania y Bulgaria, al igual que el off limits de la infraestructura de uso dual militar-civil de transporte, energía y comunicaciones en toda Ucrania.

Esta concepción de la guerra se manifiesta claramente, entre otros aspectos, en las tácticas de combate contra las posiciones fortificadas ucranianas, construidas desde el golpe de Estado de 2014, según el modelo hitleriano de la Festungsstadt (ciudad fortaleza). Tales tácticas operativas se caracterizan por la siguiente secuencia.

1. Ablandamiento de las fortificaciones con artillería, misiles, aviones y helicópteros de combate.

2. Ataque de reconocimiento con tanques e infantería para probar, si las fortificaciones defensivas siguen intactas. En caso de que sí, las tropas rusas realizan una retirada táctica.

3. Se reanuda la destrucción decisiva de las posiciones fortificadas ucranianas con artillería de diversos tipos y medios aéro-espaciales.

4. Se resuelve el asalto definitivo directo con infantería, tanques, artillería y apoyo aéreo o, mediante una operación de caldera (envolvimiento) para cortar las líneas de abasto del enemigo.

19. Biden Visit y Armageddon. ¿Hacia la Guerra Nuclear? Fase 5.

Washington ha logrado su objetivo geoestratégico principal: destruir el eje Alemania (UE)-Rusia-China. Como Young comenta adecuadamente, refiriéndose al atentado de Washington contra el gasoducto de Nord Stream: “The Nord Stream bombing was a part of that strategy, designed to make Germany, the largest economy in Europe, totally dependent on the US…For decades, Washington’s biggest nightmare has been that Germany and Russia would ally, have their economies complement each other… and make the United States irrelevant.”

Los beneficios de la victoria estadunidense son obvios. La destrucción del eje euroasiático reorientó los flujos de inversión de alta tecnología de China y Europa hacia América del Norte: Estados Unidos, Canadá y México. Washington, por supuesto, aprovechó la oportunidad de oro y fomentó el nearshoring del capital internacional con un paquete de incentivos y subsidios de 369 mil millones de dólares (Inflation Reduction Act), en total desprecio por las sagradas “reglas del libre mercado”. Pero, en consonancia total con el protocolo canibalesco de competencia desleal que practican todos los capitalismos de Estado imperialistas.

El Imperio obtuvo otro bonus económico mediante el manejo social-darwinista de la pandemia del Covid-19. Aprovechando la ignorancia generalizada de la población estadunidense, el pueblo más propagandizado del globo, y apoyado por los chamanes y mercaderes de Big Pharma y del populismo reaccionario de Trump, anestesiaron ideológicamente a la gente con idioteces como la “herd immunity”
y otras aplicaciones proto-fascistas. Un negocio redondo, porque los muertos fueron esencialmente pobres, gente de tercera edad y personas con comorbilidad. Es decir, justo las cohortes que le cuestan al sistema, pero que no producen plusvalía. Finalmente, las ganancias de las corporaciones armamentistas, y el amplio suministro de trabajadores disciplinados baratos con características convenientemente caucásicas (blancos con ojos azules) que reforzó los ejércitos industriales de reserva capitalistas, mientras que los sindicatos globales de tráfico humano de niños y mujeres pudieron reabastecer los mercados negros de órganos y los burdeles del mundo con nuevas víctimas.

Sin embargo, con todo, se trata de una victoria pírrica que viene con un costo estratégico muy alto. Porque es el fin del American Century y el nacimiento de un sistema global pentacéntrico, que reemplaza irremediablemente el monopolio de la dominación global de los europeos y estadounidenses, instalado a partir de 1492.
En palabras del brillante ex-presidente de la nación y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Russia, Dmitri Medvédev (deputy chair of the Russian Security Council): el “malignant tumor of a colonial past” is a problem that calls for “international surgery.” Enfatizó que la URSS jugó un papel clave “in dismantling the colonial system of the 20th century… We, together with other countries, can now drive the final nail in the coffin of the Western world’s neo-colonial aspirations”.

Probablemente, la derrota imperialista significa también un golpe decisivo para la OTAN, cuya debilidad militar, política y económica ha quedado al desnudo. Y, por supuesto, falló el sueño de Hitler de destruir a Rusia como sujeto autónomo de la política e historia mundial.

20. La Distopia Capitalista-Burgués y el Futuro de la Humanidad

La pregunta decisiva se refiere, por lo tanto, al futuro de la guerra en Ucrania, porque ese futuro es la puerta de entrada a la nueva civilización del Siglo 21. La respuesta a esa pregunta es tan evidente, como sombría. Habiendo Washington logrado el éxito geoestratégico fundamental que deseaba desde la implosión de la Unión Soviética, la principal razón de la guerra desapareció. Dado, que la guerra no es más que un medio para determinar las condiciones de postguerra, una solución negociada racional y realista del conflicto estaría, por lo tanto, a la vista. Sin embargo, sólo bajo la conditio sine qua non, de que el imperialismo estadunidense se contentara con tal “premio” de su criminal aventura bélica y aceptara que no puede destruir a Rusia en un futuro previsible. El corolario lógico de tal posición, que se abre paso cada vez más en Washington, sería el retiro de la OTAN de Ucrania bajo la apología de tener que enfrentar al “enemigo principal, China”. De hecho, se está configurando este tema como el tema principal de la campaña electoral de 2024.

El problema es, que las élites del poder no siempre actúan con racionalismo y realismo, sino, al contrario, sesgados por sus intereses y, frecuentemente, con la hybris nutrida por sus propias mentiras de grandeza y poder, como fue, por ejemplo, el caso de Hitler. El conflicto bélico en Ucrania puede, en consecuencia, evolucionar hacia un fin negociado o desbordarse hacia una guerra nuclear mundial, dependiendo de cuál de las diferentes power elites de la clase dominante gringa se imponga.

La reciente visita clandestina de sorpresa de Biden a Kiev, donde prometió otros 500 millones de dólares y armas más letales de Washington al pelele del Imperialismo Atlántico y su Cártel de Neocons y Deep State, es, obviamente un paso de escalación más hacia el segundo escenario posible, el holocausto nuclear. En la misma dirección va el anuncio del Pentágono que Washington ya está entrenando pilotos ucranianos para poder volar los avanzados aviones de combate F-16, que son nuclear capable; y el ataque imperialista ex territorial contra un avión de reconocimiento de la Fuerza Aérea Rusa en Bielorrusia, cerca de Minsk(¡!).

El mismo pelele neonazi Volodymyr Zelensky dejó claro, en una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, que el precio humano de cientos de millones de vidas sacrificadas en una guerra nuclear no le parece excesivo. Advirtiendo que una guerra mundial puede desatarse si China apoya a Rusia, el comediante en Kiev amenazó con las siguientes palabras: “My hope is that Beijing will maintain a pragmatic attitude. You risk World War III otherwise. I think they are well aware of that”.

Dado, que China ya se encuentra en una alianza estratégica con Rusia desde los tiempos de Xi Jinping; que su apoyo real a Rusia ha sido un factor clave en la derrota de la agresión imperialista y que el mismo Zelensky ha expresado, que en tal caso cientos de millones de personas morirían, es evidente que el escenario nuclear es parte integral de los planes de guerra del imperialismo.

Karl Marx había formulado con claridad la precondición necesaria para que la humanidad pudiera salir del estado de permanente guerra, que rige las conductas de todos los seres biológicos de la biósfera, de la cual tanto el ser humano como sus sociedades son subsistemas dependientes. Esa precondición es la superación de las sociedades de clase basadas en la crematística de la economía de mercado y de la propiedad privada sobre los medios de producción, porque es de este sustrato material que nacen las conductas inhumanas biosféricas del plus ultra imperialista.

Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht expresaron esa profunda verdad científica y ontológica hace más de un siglo en su inmortal consigna binaria de la praxis transformadora anticapitalista: Socialismo o Barbarie.

Hoy día, con el Armageddon del Apocalipsis en manos del capitalismo imperialista tal verdad es más vigente que nunca.

Contextualizado con la guerra de Ucrania reza: Socialismo del Siglo 21 o extinción de la especie a manos del Criminal Capitalismo Contemporáneo.

 

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