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Nicarágua: um governo pragmático

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Por IELA em 03 de março de 2008

Nicarágua: um governo pragmático 
03/03/2008
Entrevista con Oscar René Vargas:
Por Eduardo Tamayo G – ALAI AMLATINA
¿Hacia donde va Nicaragua?
En los últimos tiempos se tiende a situar en la línea de la izquierda a los gobiernos de Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Cuba e incluso a los de Brasil y Uruguay, sin mirar las particularidades de cada uno ellos, ejercicio que permitiría determinar -en los hechos, más que en los discursos- si se están enrumbando en la línea de superar la “larga noche neoliberal”. Por eso, es importante revisar lo que pasa en Nicaragua, donde encontramos situaciones desconcertantes. Por un lado, el Presidente Daniel Ortega mantiene un discurso radical cuando se refiere a Estados Unidos, pero en los hechos, su gobierno sigue atado a las imposiciones del FMI, encadenado al CAFTA, no adhiere a la Corte Penal Internacional y ha dado el visto bueno al nuevo embajador de Estados Unidos, Robert Callahan, un “halcón” de línea dura quien fue agregado de prensa en la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, en los tiempos en que la potencia imperial apoyaba a los contras que pretendían derrocar a la revolución sandinista.
En la política interna, el mas descarnado pragmatismo guía la conducta
del gobierno orteguista, lo que le ha llevado a establecer un juego de tira y afloja con el corrupto ex presidente y dirigente del Partido Liberal Constitucionalista, Arnaldo Alemán, quien tiene como cárcel su propia hacienda y continúa dirigiendo a la bancada legislativa de su partido. Y también a pactar con el cardenal Miguel Obando y Bravo, acuerdo que ha tenido un elevado costo para las mujeres: la penalización del aborto terapéutico, que ha cobrado ya decenas de vidas.
Para que dé luces sobre lo que pasa en la tierra de Augusto César Sandino, Rubén Darío y Carlos Fonseca Amador, entrevistamos a Oscar René Vargas, escritor y profesor universitario, miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), quien vino a Quito, Ecuador, para participar en el Encuentro Latinoamericano del Foro Mundial de las
Alternativas.
– En varios de sus artículos, usted ha analizado los impactos del neoliberalismo en Nicaragua. Con el gobierno de Daniel Ortega ¿se está
superando las políticas neoliberales?
Yo creo que hay un problema que es grande. Uno de los elementos más
difíciles es cambiar las cosas y no todos los pasos que vos das te conducen a superar el modelo, entonces hay elementos importantes que el gobierno de Ortega ha implementado como es el acceso a la gratuidad en la salud, a la educación, lo que implica, por ejemplo, que un mayor número de personas tienen acceso a estos servicios, cosa que en los 17 años de neoliberalismo no ocurrió.
Por ejemplo, el analfabetismo en Nicaragua ha pasado del 12% en el año 1990 a 35% en el año 2006, entonces revertir ese 35% de analfabetismo es un proceso largo, se ha comenzado, pero es el comienzo apenas, no podemos decir de que ya hay un modelo diferente, sino que se está cambiando la lógica y se está poniendo en agenda el tema social.
– Eso es importante, sin embargo, hay hechos preocupantes, como por
ejemplo que Daniel Ortega firme un convenio con el Fondo Monetario Internacional y éste siga teniendo una injerencia muy fuerte en Nicaragua. ¿Qué opina de esto?
Hay que tener claro que dentro del Sandinismo hay diferentes corrientes, no es homogéneo hay corrientes que yo llamo procapitalistas que a partir de los 90 visualizaron de que el socialismo estaba fuera de foco, fuera de una realidad y optaron o se acomodarán a la lógica neoliberal, aunque, desde el punto de vista político, hayan mantenido su militancia dentro del Frente Sandinista.
Pero el Frente Sandinista también ha perdido identidad, es decir, se ha
vuelto más pragmático, y por lo tanto conviven al interior del Frente diferentes corrientes y diferentes posiciones. Hay una corriente que está por hacer de Nicaragua un capitalismo nacional, que es lo que quisieran impulsar, a mi criterio, de manera muy ilusa, pero eso es lo que existe, es decir, darle al capitalismo un rostro humano.
– Ese grupo que dice, ¿es hegemónico actualmente en el Frente Sandinista o no?
Yo creo que pesa, pesa. Yo no te podría decir si es hegemónico, pero tiene presencia fuerte y es el que está por que no se rompa con el FMI.
Hasta la fecha no se ha roto con el FMI. Se negocian las políticas económicas y los objetivos sociales. El FMI, en forma inteligente, ha cedido en algunos aspectos sin que por ello ponga en tela de juicio su política. Entonces, tienen que convivir y considerando de que el Sandinismo no tiene ninguna política diferente que vaya contrario a ello. Yo te voy a dar un ejemplo, el CAFTA, que es el Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Centro América. Nicaragua lo suscribió en el tiempo de los gobiernos neoliberales.
– Con los votos del Frente Sandinista…
Si, precisamente, ahí se demostró que había dos corrientes. Los que estábamos en contra de la firma del CAFTA y los que estaban a favor de la firma del CAFTA. El gobierno del señor Ortega mantiene el CAFTA,
porque hay la ilusión, a mi criterio, de que el CAFTA se puede eliminar los aspectos negativos. Digo la ilusión, porque siento que esa posición es producto de una cierta ignorancia del tratado. Yo acabo de publicar un libro de 500 páginas sobre el tratado, un tratado de 3000 páginas que es difícil de leer porque tiene corchetes, que mandan a una cosa, etc. Entonces hay una ilusión de creer, que se puede contrarrestar los aspectos negativos cuando el tratado en sí es negativo. Hasta la señora Clinton y Obama dicen que hay que suspender el tratado porque va contrario a los intereses norteamericanos, entonces en Nicaragua hay una corriente que cree que eso va a dar resultados, hasta la fecha no ha dado ningún resultado importante.
– Y esta política pragmática también se manifiesta respecto a la relación con Estados Unidos.
Si. Por eso digo yo que, para analizar Nicaragua, se debe mirar que el gobierno del Sr. Ortega se asemeja más al gobierno de Lula que al de Chávez, aunque en el discurso Ortega se parezca a Chávez.
Varios ejemplos. Para los norteamericanos hay cuatro elementos centrales para definir su política con Centroamérica: uno es el mantenimiento del CAFTA, (Ortega) lo mantiene; otro es el aspecto del narcotráfico, que las fuerzas de seguridad interior y el ejército combatan al narcotráfico, eso se hace; tercero, es el asunto migratorio, que Nicaragua y Centroamérica sirva de tapón a la migración del sur; y cuarto el terrorismo que significa un control migratorio sobre los elementos que pasan.
Entonces, si en estos cuatro elementos los gobiernos centroamericanos
están de acuerdo en llevar a cabo, el resto no importa, el resto es parte de la política del manejo interno en la que es necesario que cada
país tenga cierta autonomía.
Y el CAFTA significa la consolidación de las políticas neoliberales, es decir, el CAFTA no es meramente un Tratado de Libre Comercio. Esa es la lectura que hacen los norteamericanos. Es consolidar las políticas neoliberales del Consenso de Washington y mientras vos tengas esas políticas, los norteamericanos no tienen ningún inconveniente.
En la política interna, el gobierno mantiene un acuerdo político con los sectores financieros, que tienen un peso muy importante. Por eso es que los sectores financieros en Nicaragua también están muy contentos con el gobierno. No hay, digamos, un conflicto. Eso lo vemos en Brasil también, los sectores financieros tienen un acuerdo con Lula, están de acuerdo con Lula, no puede haber un acuerdo escrito, a lo que me refiero es que hay un acuerdo tácito.
Cuando tienes tasas de interés arriba del 15, 18% para el sector agrícola, evidentemente los beneficiados son los sectores financieros y
a los que están matando es a los agricultores o a los sectores de la pequeña y mediana empresa.

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