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Yasuní: el tortuoso camino de Kioto a Quito

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Por IELA em 16 de dezembro de 2009

Yasuní:  el tortuoso camino de Kioto a Quito
Por Anamaría Varea – Quito
16.12.2009 – El día que Esperanza llamó para contarme que el libro estaba listo y para pedirme que compartiera hoy algunos comentarios, se hizo evidente el tortuoso camino de Kioto a Quito, al igual que sucedió hoy, ese rato se fue la luz en el barrio, quedé en plena oscuridad.  Creo que fue una señal.  Desde la oscuridad se descubre la luz, dice mi maestro de tai chi permanentemente…ojalá la descubramos.  Sobre esto estuve divagando, con el libro en mano, y comparto con ustedes algunas reflexiones.  
Traté de empezar a leer el libro en la oscuridad, a la luz de la velas, pero no era lo más recomendable.  Ojee el libro un poco, lo examiné y decidí aceptar la situación y ahí en la oscuridad me dejé llevar.  
Yasuní – ITT ha sido un tema muy presente en mi vida los últimos tres años. Ha estado en mi casa, en el trabajo, en los viajes.  La verdad, ha estado por todas partes: sobre el escritorio, en el armario, en la ropa y en la sopa.  Camisetas , calcomanías y largas discusiones al respecto se han dado una y otra vez, a lo largo de este tiempo.   
La propuesta de mantener el crudo en tierra, evitar emisiones, proteger la selva como espacio de vida de los pueblos libres, ha despertado mucho interés y apoyo.  Sobre todo porque tiene que ver con la ética y política de la vida. Al respecto Enrique Leff nos dice: La ética apela al sujeto individual, pero su destino es el bien colectivo.  El bien común se construye en relaciones de otredad; está orientado hacia el porvenir y trasciende de la realidad presente hacia lo que aún no es, a través del reconocimiento de los potenciales de lo real y de la creatividad humana.  Recupera la autoría, la autonomía y la diferencia como principios de vida. 
Esa noche sola con mi soledad, como dice la canción, y con el libro de Esperanza, lo primero que me llamó la atención, fue la cronología en miniatura a full color, que ilustra la portada.  A la luz de la vela recorrí el detalle de los hechos, que despertaron mi curiosidad  y me invitaron a revisitar esa historia de logros y dificultades encontradas en el tortuoso camino de Kioto a Quito.  
Desde la oscuridad recorrí la cronología con sus dibujitos y fechas referenciales y muchos de los hechos me son familiares y evocan recuerdos de vivencias que me marcaron, que nos marcaron.   
Algunos de estos recuerdos que nos marcaron los compartí con Acción Ecológica en una carta de respaldo que escribí, en marzo de este año, cuando la organización estaba en riesgo de cerrarse.  Esperanza , haciendo alusión a la Campaña Amazonía por la vida reseña, una parte de esta carta:
Nunca olvidaré la marcha de la Campaña Amazonía por la Vida , creo que era el año 1988, cuando vestidas de trabajadores petroleros bajábamos por la calle Guayaquil , en pleno Centro Histórico de Quito, Patrimonio de la Humanidad , anunciando, a quienes nos miraban atónitos, que allí se iniciarán excavaciones, pues se había encontrado petróleo.  Con la marcha queríamos crear conciencia sobre las implicaciones que tendría  la explotación petrolera por parte de la compañía petrolera Conoco en el territorio Waorani.  Queríamos que tengan la sensación de lo que implica que le allanen su casa.  Recordando esos momentos intensos. Creo que allí nació la campaña para Salvar el Yasuní.  Poco después con una imagen ambientalista vino la Maxus , cuyo objetivo y práctica no eran mejores, por ello en una editorial les advertimos y les dijimos “Maxus, yo ya te Conoco”.   
Desde la oscuridad descubro que la trayectoria desde la Campaña Amazonía por la Vida en 1989 hasta la Iniciativa Yasuní – ITT puede haber sido tortuosa en algunos momentos pero también ha sido luminosa, ha estado llena de creatividad, de ilusión, de mucha emoción y obviamente coloreada de mucho verde, por la Esperanza, por la esperanza que nos da esta propuesta, para  conservar esa selva, ese Refugio de Biodiversidad, que es el hogar de los pueblos que allí habitan.  
En ese camino tortuoso y luminoso ha estado presente la ética del tiempo. Al respecto Leff nos dice:  La ética del tiempo es el reconocimiento de los tiempos diferentes de los procesos naturales, económicos y sociales: del tiempo de la vida y el tiempo de la sustentabilidad, del tiempo que encarna en los hombre y acuña identidades, de la temporalidad de la vida; del encuentro de tiempos diferenciados en la toma de decisiones que involucra diferentes actores sociales con sus diversos tiempos culturales para generar consultas, consensos y decisiones dentro de sus propios códigos de ética.  
Y en esa noche oscura, dónde los pensamientos, iban y venían, el ruido de los generadores a diesel me llevó del verde del Yasuní al gris de Kioto y de Copenhaguen.  Que paradoja pensé… mientras el mundo, discute en Copenhaguen que medidas se deben tomar para bajar los niveles del CO2, para descarbonizar al planeta, en Ecuador se prenden cada día más y más generadores a diesel, que emiten indiscriminadamente CO2 a la atmósfera, sin que esto le importe a mucha gente que ni lo relacione con la crisis ambiental, la crisis civilizatoria.  
El planeta entero estos 15 días, en la Cumbre de Cambio Climático debate propuestas para descarbonizar el planeta.  Salta a la luz que en esta carbonización del planeta las cuotas de responsabilidad no son las mismas.  Al respecto vale la pena recordar a Eduardo Galeano cuando nos dice:  El lenguaje oficial ahoga la realidad para otorgar impunidad a la sociedad de consumo, a quienes la imponen por modelo en nombre del desarrollo y a las grandes empresas que le sacan el jugo. Pero las estadísticas confiesan. Los datos ocultos bajo el palabrerío revelan que el 20 por ciento de la humanidad comete el 80 por ciento de las agresiones contra la naturaleza, crimen que los asesinos llaman suicidio y es la humanidad entera quien paga las consecuencias de la degradación de la tierra, la intoxicación del aire, el envenenamiento del agua, el enloquecimiento del clima y la dilapidación de los recursos naturales no renovables.  
En ese contexto carbonizado, de oscuridad, en la que me familiarizo con el libro que nos da Esperanza, está claro que para esta propuesta hubo muchos generadores de luz, afortunadamente no a diesel, que trabajaron durante todos estos años, para sacar a la luz la Iniciativa Yasuní – ITT.   Un tema que trata la Esperanza es que esta propuesta, al igual que cualquier propuesta de moratoria petrolera solo es viable si se cuestionan y se plantean cambios radicales en los patrones de consumo.  No podemos dejar de cuestionar esta divinización del mercado, que, como dice Galeano, compra cada vez menos y paga cada vez peor, permite atiborrar de mágicas chucherías a las grandes ciudades del sur del mundo, drogadas por la religión del consumo, mientras los campos se agotan, se pudren las aguas que los alimentan y una costra seca cubre los desiertos que antes fueron bosques.
Es evidente que para descarbonizar la atmósfera primero tenemos que descarbonizar nuestra mente y nuestro corazón, empezar a limpiar con todas esas escobas y actuar como verdaderos generadores de luz.  Yasuní ITT aparece en Quito en tiempos de oscuridad, con la Esperanza de que saldrá a la luz en Copenhaguen.  Saldrá a la luz gracias a toda esa gente que ha trabajado en la ética del tiempo, con la ética por la vida.  Al respecto dice Leff:  La ética por la vida es el derecho a sentir y disentir. Y si el sentido de la vida del intelectual se afianza en su “tener razón”, y la del político en usar la razón para tener poder, la del simple ser humano se finca en su derecho de pensar y sentir. Y esa ética demanda tiempo.  Porque la ternura sin tiempo no es; porque mirar un atardecer toma el tiempo del ocaso, y toma una noche para ver de nuevo el amanecer; porque la maduración y envejecimiento de un buen vino toma su tiempo, y no podrá gozarse si se apura la copa, que necesita reposo para penetrar el cuerpo y ascender al alma del tomador de vinos…que en eso se distancia del tomador de decisiones guiadas por la urgencia y las razones de fuerza mayor. 
El tiempo abre el porvenir, la posibilidad, lo que aún no es.  Y esa potencialidad del ser está más allá del saber.  La caricia no sabe lo que busca… sabiduría y sensibilidad.  Y quizá nunca lo sepa.  Pero el gesto, y el paso pasajero por sentir la caricia del mundo, nunca podrá darse sin el tiempo que requiere, el instante infinito del acercamiento al enigma de la vida.
Hoy celebramos este libro de Esperanza y abrigamos la Esperanza de que en tiempos de oscuridad, apuntemos como generadores de luz, desde Yasuní a Copenhague, para que este sea el tiempo para que la Initiava Yasuní – ITT, reciba todo el apoyo requerido, pues ya es tiempo de que la Tierra reciba una caricia, para que podamos sentir ese instante infinito del acercamiento al enigma de la vida, que nos plantea Yasuní ITT.-  
 

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